El Papa echa un cable inesperado a un acompañante de divorciados que se han vuelto a casar
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“Hola, aquí el papa Francisco… Sí, claro que soy el Papa, no soy una aparición…”. Paolo Tassinari, diácono italiano de Fossano, en la región de Piamonte, Italia, todavía no ha salido de su asombro.
El 25 de enero envió una carta al Papa pidiéndole una audiencia en el Vaticano, en nombre del grupo de apoyo y formación para personas separadas o divorciadas, que él mismo dirige.
Y luego, cinco días más tarde, el 30 de enero, el Santo Padre se pone directamente en contacto con él para “saber más acerca de este movimiento”, que también acepta a personas entregadas a “una nueva unión”, explica el diácono a Radio Vaticano.
Encontrar su lugar en la Iglesia
“L’Anello Perduto” (la alianza perdida) es el nombre de este grupo de apoyo y cooperación cuyo objetivo desde el año 2009, con la ayuda de teólogos y psicólogos, es el de llevar consuelo y aliento a todas las personas que, independientemente de las historias que les hayan llevado al triste fracaso de su matrimonio, tengan la sensación de “haber fracasado, de ser unos perdedores” y se sientan “excluidos de la comunidad cristiana”.
Después de la indiferencia y la hostilidad…
La llamada entre el Papa y el diácono duró sólo tres minutos pero, para estas personas, saber que han estado aunque sólo fuera un instante en el pensamiento del Papa, les colma de una alegría infinita, según afirma Paolo Tassinari.
Para ellos, dice, es un gran motivo de esperanza y un “estimulante adicional” para “encontrar su lugar” en el seno de la Iglesia.
En sus respectivas cartas al Papa, una treintena de miembros de Anello Perduto expresaron su alegría y entusiasmo renovados por vivir dentro de la comunidad cristiana.
Después de haber conocido “el rostro de una Iglesia más bien indiferente o incluso hostil en relación hacia su situación”, aseguran, se sintieron encantados de poder “volver a dar sentido” a su vida cristiana.
En cuanto al diácono italiano, el Papa ha garantizado que los recibiría dentro de poco en el Vaticano, con ocasión de las próximas audiencias generales.