Impossible Things
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He estado durmiendo como Lázaro en la cueva oscura. Necesito que quites la piedra y grites mi nombre
La canción de Sarah Kroger “Impossible Things” lleva consigo un mensaje para nosotros esta Cuaresma. Es la época en que la mayoría se propone hacer lo imposible, conquistar el mundo en 40 días.
Nos decimos a nosotros mismos que haremos sacrificios heroicos y nos atendremos a ellos. Creceremos en santidad y en virtud de tal manera que habrá un resplandor visible para nosotros al final.
Y luego ocurre la vida. El día a día. Nuestros sueños de volvernos santos en 40 días se rompen por la monotonía de la rutina.
La filósofa Hannah Arendt habló de lo que llamaba la “banalidad del mal”. Asistió al juicio de Adolf Eichmann, responsable de gestionar la deportación masiva de judíos a los campos de concentración. Arendt no lograba aceptar cuán normal él parecía. Ella esperaba un monstruo malvado, pero ahí estaba un hombre normal, vacío de remordimiento u odio, que se veía a sí mismo simplemente llevando a cabo su deber.
Creo que a menudo pensamos lo mismo sobre el bien: los santos se supone que deben hacer grandes milagros; se espera que cambien el mundo.
Pero la realidad de la santidad es habitualmente hacer cosas pequeñas, que pasen desapercibidas, aparentemente cosas banales buenas y con mucho amor.
Por lo tanto, cuando la monotonía de tu sacrificio cuaresmal llegue, acógela. Este es tu sacrificio heroico. Este quizá sea la “cosa imposible” que tienes que hacer esta Cuaresma.
Sube el volumen de esta canción de Sarah Kroger y deja que te inspire para hacer lo imposible, que puede ser enfrentar lo común y corriente con mucho amor.
Libby Reichert