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Un Museo peruano muestra cómo era la Semana Santa en época colonial

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Esther Núñez Balbín - publicado el 27/03/16
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El Museo arzobispal de Ayacucho reúne obras de los primeros siglos del cristianismo americano

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“Durante tres años fui sacristán de la Catedral de Ayacucho, estaba bajo mi responsabilidad el cuidado de los ornamentos que hoy se exhiben en este museo” nos cuenta Martín Laurente Campos, “conservé todos estos objetos en un baúl”, comentó para Aleteia, el joven seminarista encargado del museo.

“Cuando veo cómo los fieles se interesan en conocer más sobre la historia de nuestra Iglesia, me da orgullo por el trabajo que he realizado”, los objetos y piezas datan del siglo XVI y XVII.

Una custodia del Convento Santo Domingo, de la Orden de Predicadores que lleva la reliquia de Santo Tomás de Aquino, con incrustaciones de piedras preciosas, además de libros corales en latín, elaborados de cuero de oveja y tapas de madera, utilizados por los canónigos antiguamente, son algunos de los objetos que forman parte de éste museo, que luego de 30 años abrió nuevamente sus puertas al público.

Un museo que tiene historia

Con el robo sacrílego de la custodia de la catedral en el año 1985, se clausuró el Museo histórico de Castilla y Zamora, como se le conocía a éste recinto histórico, inaugurado por monseñor Federico Ritcher Prada, quien falleció en 2011.

Esta custodia era la única en Ayacucho que tenía 1 m con 80 cm, lo cual indicaba que pertenecía a la Catedral de la ciudad, por su majestuosidad. Actualmente en el museo yace una reconstrucción de éste ornamento eclesial.

Cálices, copones, una capa pluvial y una casulla del siglo XVII, que se usaba en la fiesta el Corpus Christi, bordada con hilos de oro, se observan en las vitrinas del Museo de la Catedral de Ayacucho, reabierto por monseñor Salvador Piñeiro Arzobispo de la ciudad en el marco de los 50 años de la constitución de la Arquidiócesis.

También se puede encontrar la capa de la Virgen de Socos del siglo XVIII. Cuenta la historia que esta Virgen se le presentó al Marqués de Vandelirios a media cuadra de la Plaza de Armas. El noble donó una réplica de la verdadera imagen, con toda su indumentaria. El museo nos habla de la riqueza cultural que tiene nuestra Iglesia.

Obispos construyen catedral en Huamanga

Antes de ingresar a Lima, Huamanga fue considerada como la ciudad de descanso para los conquistadores españoles, lugar de residencia de ilustres varones, artistas, talladores, pintores, historiadores, nobles de la corona española. La Arquidiócesis de Ayacucho fue instituida en 1609, actualmente tiene 407 años de fundación.

Más de cinco mil peregrinos, visitan esta ciudad que ha tenido 36 Obispos entre ellos Don Francisco Verdugo, quien colocó la primera piedra de la impresionante catedral Ayacuchana que luce bellísimos altares de madera revestidos en pan de oro que datan de 1672.

El museo también nos presenta una colección de pinturas con el rostro de cada uno de los obispos que gobernaron la arquidiócesis.

“Sobre sus hombros cargaba cal y piedra batida” monseñor Don Cipriano de Vergina, así nos cuenta Martín “era como un obrero”, a sus 60 años participó en la construcción de la catedral que en el altar mayor muestra reliquias de San Francisco de Asis, San Antonio de Padua, San Pedro y San Pablo, además del relicario con el madero del crucifijo de nuestro Señor Jesucristo.

Catedral de Ayacucho duerme con sus obispos

Como parte del primer nivel de éste remozado museo se ha implementado una cripta con los cuerpos de 8 obispos encargados de una de las Arquidiócesis más antiguas del Perú. Debajo de la catedral se ubican las tumbas de los últimos obispos que dirigieron la Iglesia en Ayacucho.

Uno de los últimos obispos enterrados en esta cripta en 2008 fue monseñor Alejandro Bustamante, Administrador Apostólico (1999 – 2000). Este obispo administró la Iglesia en Ayacucho luego de haber sido trasladado a Lima monseñor Juan Luis Cipriani, actual cardenal de Lima.

Monseñor Esequiel Moreira, quien representó al episcopado peruano en el Concilio Vaticano I, fue uno de los primeros en haber sido enterrado en está cripta. Él trajo de Roma dos misales elaborados en concha de perla y 14 estaciones del vía crucis que se exponen en la catedral ayacuchana que en esta Semana Santa es muy visitada.

 

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