Disminuye el coeficiente intelectual, aumenta el riesgo de sufrir transtornos mentales, desmotiva,… pero ¡buen rollito!
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Empresas como la tabacalera Philip Morris y magnates como Georges Soros ven el cannabis como una oportunidad de grandes negocios y por eso han realizado inversiones multimillonarias a favor de la aceptación de la marihuana.
Lo afirmó el ex jefe del Departamento de Política Antidroga de la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia Giovanni Serpelloni, en la jornada La marihuana-cannabis: caballo de troya de adicciones destructivas, celebrada en Barcelona el pasado 22 de marzo, de la que informó la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos FIAMC.
Existe una auténtica campaña de marketing en las redes sociales, que facilitan desde el cultivo al consumo con una presentación atractiva de productos de todo tipo con un componente cannábico: bebidas, golosinas… todo en un cuidado packaging especialmente atractivo para los más jóvenes, denunció Serpelloni.
Y de hecho cada vez más jóvenes consumen esta llamada “droga blanda”: en la Unión Europea, en 2014, lo eran 14,6 millones de jóvenes (el 11,7% de la población de 15 a 34 años). En Italia, en sólo cuatro años (del 2011 al 2014), se ha pasado del 17,9% al 26,9% de los jóvenes.
¿Cómo afecta la marihuana al cerebro?
La directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de los EUA (NIDA) Nora Volkov habló en un videomensaje de los daños neurológicos del cannabis en los jóvenes y adolescentes, destacando la plasticidad del cerebro que va formándose hasta los 25 años, aproximadamente.
Según la doctora, factores de riesgo que pueden dañar las conexiones neuronales son: la regularidad en el consumo, la iniciación en edades tempranas –en menores de 15 años el riesgo se dispara– y finalmente los elevados contenidos de HTC.
La coincidencia de estos tres factores aumenta exponencialmente el riesgo de padecer enfermedades mentales como la esquizofrenia o distintos tipos de psicosis.
Para el expresidente de la FIAMC, José María Simón Castellví, “hay evidencias científicas suficientes para decir que la marihuana consumida regularmente interfiere en la maduración cerebral, en la conducción de vehículos, en la capacidad de concentración,…”, advirtió.
“Un adolescente que consuma marihuana regularmente puede incluso perder 10 puntos en el coeficiente de inteligencia”, continuó.
“Altera la percepción de la realidad, altera la motivación (desmotiva), la coordinación motora, y también aumenta el riesgo de esquizofrenia, estados disociativos, ataques de pánico,…”, alertó.
Además a menudo es puente a las llamadas drogas duras. Según Serpelloni, no todos los consumidores de cannabis desarrollarán una dependencia de la droga, pero “el 98% de los consumidores de heroína, previamente habían consumido cannabis”.
¿Marihuana para curar?
Respecto al posible uso terapéutico de la marihuana, la directora de la agencia norteamericana contra la droga afirmó que hoy por hoy no sirve y hay fármacos mucho mejores.
En opinión de Simón “es una excusa para la legalización para usos recreativos”.
Ver también: ¿Legalizar la marihuana? Sin mota somos más
Desde el ámbito científico, coordinado por la FIAMC, diversos expertos (farmacólogos especialmente) se mostraron críticos con la diferenciación legal que distingue penalmente los distintos estupefacientes en función de su mayor o menor gravedad en perjuicio de la salud.
Así, la marihuana dispone de un régimen penal mucho más suave que otras sustancias como la heroína o la cocaína, “sus efectos nocivos en adicciones, daño cerebral, etc. son incuestionables y esta distinción no tiene sentido”, en palabras del farmacólogo y antiguo presidente de la FIAMC Walter Osswald.
Inspirados por el papa Francisco
La jornada la inauguró Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de Ciencias, que destacó cómo el papa Francisco les pidió en 2013 una acción contra las nuevas formas de esclavitud: esclavitud laboral, especialmente de niños, la explotación sexual infantil y el comercio de órganos; recientemente, han añadido como punto especial la lucha contra la droga.
La Academia promueve encuentros con representantes de otras religiones, pero también con representantes del mundo civil –alcaldes de grandes ciudades– o de la comunidad científica para estudiar y promover soluciones.
Están trabajando para conseguir que estas lacras sean declaradas “crímenes contra la humanidad”, con el añadido de que estos crímenes no prescriben.
Benevolencia social
La jornada abordó también el contexto cultural, filosófico y antropológico: el psiquiatra italiano y secretario general de la FIAMC, Ermanno afirmó que las drogas, y especialmente la marihuana, disfrutan de una auténtica benevolencia social.
El psicoanálisis, el surrealismo, el constructivismo, el relativismo y el narcisismo son algunos de los ingredientes que favorecen el recurso a las drogas para sobrevivir a un entorno que se ve agresivo y que no ofrece certezas para quienes están contaminados por esta visión deshumanizada de la persona, dijo.
Lucha penal y policial
Finalmente miembros de cuerpos de seguridad de España especialistas en la lucha antidroga explicaron que el tráfico de sustancias provenientes del cannabis es una práctica habitual en el crimen organizado, ya que las penas por este delito son mucho menores, debido a que no se consideran especialmente dañinas para la salud.
“El tráfico de marihuana es un vector más de negocio en un tipo de crimen organizado que también trafica con cocaína, blanquea dinero o se dedica a la trata de personas”, afirmó el comandante César López Hernández, del Grupo de la Policía Judicial de la Guardia Civil.
Para el comandante López, hay que “atajar el circuito económico: si persigues la droga, atraparás a un capo pequeño; si persigues el dinero, atraparás a un capo grande”.
