Corría el mes de septiembre de 1877, cuando Francisca Javiera Cabrini, fundadora de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, le solicitaba al Papa la autorización para fundar una misión en China.
– "Al este no; al Oeste" – fue la respuesta del Beato Pío IX. Le sugería así que se concentrase en Estados Unidos, asistiendo a los inmigrantes italianos que, entonces, llegaban al continente prácticamente en aluviones, azotados por la pobreza.
Cabrini llegó a Nueva York el 31 de marzo de 1889, junto a otras seis misioneras, y se naturalizaría como ciudadana estadounidense veinte años después, en 1909. Durante su vida en los Estados Unidos, fundó 67 instituciones, entre orfanatos, hospitales y hospicios.
El Santuario Nacional de la Madre Cabrini, al norte de Manhattan, en Washington Heights, es conocido por muchos. Y es lugar de peregrinación obligado de miles de inmigrantes, de todas partes del mundo, que van al sitio a agradecer la intercesión de la primera santa italo-estadounidense.
Pero, además del de Manhattan, otro santuario de la Madre Cabrini recibe a los peregrinos en Golden, Colorado. La propia Madre Cabrini compró el lugar, en 1902, después de fundar el Orfanato de la Reina del Cielo en Denver, para construir un campamento de verano para los niños y niñas del orfanato. Y lo hizo después de visitar a los trabajadores italianos que se dedicaban a la minería en los pueblos cercanos.
Hoy día, el lugar es una casa de retiro abierta los 365 días del año, que forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos.