Frases que nos ayudan a vivir el Jubileo
- Nadie se sienta seguro en esta vida, que es una continua tentación. No suceda que quien logró ser mejor se vuelva peor. Mi única esperanza, mi única confianza, mi única firmeza es la misericordia de Dios. (San Agustín).
- Agrada sumamente a Dios, nuestra confianza en su misericordia, porque así honramos y exaltamos aquella infinita bondad suya que Él quiso manifestar al mundo creándonos. (San Alfonso María de Ligorio).
- La oración constante obtiene la misericordia de Dios, incluso para los que no son sus amigos. (San Alfonso).
- El desprecio voluntario a Mi Misericordia constituye el pecado más grave que todos los anteriores. Es el pecado que no será perdonado ni aquí ni en el más allá. (Dios a Santa Catalina, Diálogos).
- Por falta de confianza en Mi Misericordia, se corre el riesto de caer en la desesperación, uno de los engaños a los que el demonio puede conducir a mis servidores. (Santa Catalina, Diálogos).
- Conservad el corazón abierto a mi inconmensurable perdón. (Santa Catalina, Diálogos).
- Nunca dejes de pedir mi ayuda. No bajes la voz al suplicar Mi Misericordia para el mundo. (Santa Catalina, Diálogos).
- El pecado de la desesperación me desagrada y perjudica a los hombres más que todos los otros males. (Santa Catalina, Diálogos).
- Quien desespera, desprecia Mi Misericordia y juzga que su pecado es mayor que mi bondad. (Santa Catalina, Diálogos).
- El pecado de la desesperación conduce al hombre al infierno. (Santa Catalina, Diálogos).
- Mi Misericordia es infinitamente mayor que todos los pecados que el hombre pueda cometer. Me entristece el hecho que alguien considere sus faltas mayor que mi perdón. Ese es el pecado que no será perdonado en este siglo, ni en otro (Mt 12,32). (Santa Catalina, Diálogos).
- Cuánto más nos sentimos miserables, más debemos confiar en la misericordia de Dios. Porque, entre la misericordia y la miseria, hay una relación tan grande que una no puede hacerse sin la otra. (San Francisco de Sales).