a cantante explica cómo su matrimonio se ha conservado durante tantos años
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Amanda Miguel y Diego Verdaguer son una de las parejas más sólidas del medio artístico, misma que en diciembre del año pasado renovó sus votos matrimoniales, después de 40 años de ser esposos.
Este aniversario motivó a Desde la fe a platicar con la cantante nacida en Argentina y naturalizada mexicana, con el fin de saber de qué manera han logrado conservar su relación en un medio en el que las relaciones no suelen ser duraderas.
Amanda Miguel dijo que el inicio de su vida artística y de su matrimonio con Diego Verdaguer se dio en su natal Argentina, cuando aún ambos eran muy jóvenes, pero que una vez que dejaron su país para venir a radicar a México, se hicieron más fuertes como pareja, pues se vieron obligados a luchar contra viento y marea, tomados de la mano y con Dios a su lado.
La cantante afirma que el matrimonio es una cuestión de dos, que requiere de una entrega continua y que día a día se aprende y se crece.
“De pronto llueve, de pronto viene un ventarrón, las mismas vivencias de la vida diaria hacen que un día pueda ser muy tranquilo y que al otro haya una revolución. ¡Eso es el matrimonio!”.
“Pero el punto es tomar todas esas situaciones como una enseñanza de la unión; de otro modo, resultaría sencillo decir: “ya me aburrí”, “ya me separo”, “se acabó”. Eso sería triste, porque se perdería la esperanza del amor, y el amor puede salvarlo todo, fundamentalmente en la familia; aquí es donde tiene que sobresalir en todas las cosas que hagamos”.
Asegura que la fidelidad debe ser algo sagrado en el matrimonio; si por cualquier motivo ésta se transgrede, hay una traición a la persona amada, por lo que las parejas deben ser conscientes de que la infidelidad separa.
“Puede llegar a pasar, pero sólo el amor verdadero puede hacer que la crisis se supere. Si consideramos que nadie es perfecto y que Dios nos pide perdonar, en un matrimonio es indispensable hacerlo y conservar la unión, no dejarse llevar por el egoísmo, el orgullo y el rencor.
Señala que muchos esposos han pasado por el problema de la infidelidad y terminan la relación llenos de resentimientos, sin considerar lo que en realidad conviene a los dos, lo que les depara a los hijos, lo que sienten verdaderamente uno por el otro.
“En estos casos, lo único evidente es la carencia de fe en Dios y la falta de amor, que son la llama de la vida.”
Amanda Miguel dijo que el año pasado ella y Diego Verdaguer renovaron sus votos de amor por la Iglesia, jurándose amor eterno y fidelidad, para cumplir con este sacramento y sentirse en paz, seguros y bien con Dios.
“Ahora, una situación de infidelidad no puede repetirse, ya que hay un juramento con Dios de amarnos, con todas nuestras virtudes, nuestros defectos, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad”.
Finalmente, dijo que a ella le gusta mucho orar, porque a través de la oración recibe mucha paz, además le agrada analizar las palabras del papa Francisco, como antes sucedía con las de san Juan Pablo II, pues son “personas elevadas, templos de sabiduría y grandes ejemplos de vida”.
Por Abimael César Juárez García
Artículo originalmente publicado por SIAME