Interesante iniciativa en parroquias de Francia para chicas adolescentes entre 14 y 17 años
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Hace cuatro años, Claire de Saint Lager creó el curso “Graine de femme” [Semilla de mujer] en la asociación Bon Conseil de París. Este taller va dirigido a chicas jóvenes de entre 14 y 17 años y es hoy en día el primer paso significativo hacia un itinerario educativo con vocación de asentarse en la parroquia e incluso llegar más allá. Un curso de formación de monitoras que dará comienzo el próximo 3 de julio permitirá a otras 25 monitoras que abran sus propios cursos nuevos de “Graine de femme” según las estructuras que ellas mismas deseen.
También disponible en la parroquia de Sainte-Cécile, en la localidad de Boulogne-Billancourt, el taller va dirigido a ayudar a “aprender a conocerse una misma, a aumentar la autoestima y a descubrir la riqueza particular de cada mujer” a través de “una pedagogía que profundiza en la feminidad”. Los temas que trata son variados: belleza, cambios de imagen, autoconocimiento, reflexión, arte, desarrollo personal, espiritualidad.
“Conocerse y comprenderse mejor para convertirnos en lo que somos: ¡mujeres desarrolladas y llenas de talento!”
Con este espíritu de alegría y bondad se reúnen las chicas de “Graine de femme” quince veces al año. Rodeadas de sus “hermanas mayores”, en sus papeles de monitoras de los diferentes talleres, intercambian y comparten, en un ambiente de distensión y confianza, intereses profundos sobre temas centrados en la experiencia de ser mujer. Un programa de control bien definido deja espacio, también, para la espontaneidad.
El año comienza con una serie de talleres con destinados a aprender a conocerse mejor, aunque, a este respecto, Claire de Saint Lager insiste: “Graine de femme” no está para dar “la receta de la mujer perfecta, cada una es única”. Por medio de diferentes actividades, se anima a las jóvenes a reflexionar sobre su identidad, sus deseos, sus sueños, “cosas que tenemos la tendencia de olvidar durante la adolescencia o que a menudo otras personas, o la sociedad en general, no fomentan”, valora Claire de Saint Lager.
En referencia al Evangelio según san Lucas (10:38-42), en el que Jesús va a casa de Marta y María, Claire de Saint Leger distingue a la que no deja de cumplir con las obligaciones (Marta) de la que se deja guiar por sus convicciones internas, su amor y sus deseos profundos (María). Ésta última encarna la esencia misma de la mujer libre, capaz de darlo todo de verdad.
Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: “Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.
Pero Jesús le contestó: “Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar”.
El curso es muy completo en este respecto, opina Malcy de Chassey, asociada del proyecto. “El objetivo es que las chicas aprendan a conocerse mejor, a identificar sus valores, a saber que son hermosas, antes de empezar una relación de pareja, por ejemplo”, “va mucho más que una mera educación emocional”.
Aceptarse tal y como son
Durante la segunda parte del curso, precisamente, se invita a cada una de las chicas a descubrir su propia belleza, aquello que les “permite brillar”. Se consigue con un desarrollo de la estima corporal a través la danza, pero también a través de actividades más inusuales; por ejemplo, en el grupo de Malcy de Chassey, en la localidad de Sainte-Cécile, Aurélie Maubon, estilista y asesora de imagen, vino a dar consejos para que cada una encontrara una “armonía entre el ser y el parecer”.
Durante otra sesión, se organizó un desfile con la intención de desvelar la belleza de cada una: “Simplemente les pedimos que vinieran con una ropa con la que se sintieran bien”, recuerda Malcy de Chassey. “No merecía la pena que vinieran con un vestido si en realidad, en su interior, no se sentían a gusto”.
Una vez llegaron al lugar, las jóvenes no sabían en realidad lo que les esperaba: en unas grandes banderolas que les repartieron debían escribir un eslogan que evocara su belleza particular para, a continuación, desfilar con una decoración que las monitoras se esforzaron en que pareciera real. “Mi belleza es mi sonrisa”, anuncia Lucie*, “mi belleza es mi sentido del humor”, manifiesta Pauline* guiñando un ojo, “mi belleza es mi alegría de vivir”, nos muestra Léa con actitud radiante.
La última etapa del curso invita a entrar “en relación” con los otros y con el mundo: con la sociedad, con otras mujeres, con los hombres, pero también consigo mismas. Para vivir en armonía con una misma, hacen falta cuatro elementos esenciales: cuerpo, corazón, espíritu y alma. Para cuidar de su corazón, sobre todo, hay que “rodearse de verdaderos amigos”, pone como ejemplo Claire de Saint Lager, “yo rezo para cuidar mi alma”, “respeto mi ciclo femenino” y “permanezco atenta a mi cuerpo”.
“Despertar y hacer crecer a mujeres libres”
Para dar a conocer este curso y ofrecer a más chicas la posibilidad de beneficiarse de él, Claire de Saint Lager y Malcy de Chassey organizan un curso de formación destinado a futuras monitoras y a todas las mujeres que lo deseen, del domingo 3 al miércoles 6 de julio. Durante esos cuatro días, las mujeres vivirán una experiencia adaptada a su edad. “No queremos pasarnos los cuatro días dando simplemente una serie de herramientas”, explica Claire de Saint Lager, el interés está en que estas mujeres “vivan las cosas antes de transmitirlas”.
Para ello, han llamado a otros colaboradores que vendrán para profundizar en ciertos aspectos. Entre ellos, una coach estará presente para que cada una “despliegue su creatividad y encuentre su propio estilo como mujer”, y en especial como monitora. “Las monitoras son como hermanas mayores”, por eso la edad ideal que prefieren Claire de Saint Lager y Malcy de Chassey se sitúa entre los 24 y los 32 años. Las que deseen participar en la formación sin intervenir en el curso luego, también son bienvenidas.
Tras el curso de formación, cada participante recibirá un “certificado” que les permitirá abrir un curso de “Graine de femme” según la estructura que cada una desee. Asistir al curso de formación tiene un coste de 250 euros. Viene bien saber que, en el marco de las parroquias, la cuota exigida a los padres para sus hijas al comienzo del curso cubre los gastos de formación de las monitoras.
Para más información en relación al curso “Graine de femme”: formation.graine2femme@gmail.com
Para seguir el curso de formación y convertirse en monitora, ¡haga clic aquí!
* Algunos nombres han sido cambiados