Fruto de las emigraciones de refugiados cristianos, es hoy la capital cultural del país
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Isfahan es la capital cultural de Irán, la más bella de las ciudades iraníes, gema engastada en medio del territorio persa, pero también la más cristiana del país.
Casi 5 millones de iraníes la visitan sólo durante las vacaciones del Nowruz (los últimso diez días de marzo), y entre las muchas atracciones de esta ciudad, su aspecto multicultural se manifiesta sobre todo en la ideal fusión entre musulmanes chiíes y cristianos de culto armenio.
La historia de este amor es larga. Tras la guerra entre Persia y el Impero Otomano entre 1603-1605 d.C., los armenios comenzaron a llegar a Irán buscando una nueva vida en el reino del buen rey safavid Shah Abbas I. Este había acogido en su imperio, en la ciudad de Nakhchivan al sur del río Aras, a decenas de miles de armenios que huían de las persecuciones de los otomanos. Y en 1604, cuando los otomanos estuvieron a punto de conquistar Nakhchivan y masacrar su población, decidió hacer emigrar a los súbditos cristianos al interior de Irán, eligiendo para ellos la ciudad más bella, la capital: Isfahan. En Isfahan les cedió un terreno que se convertiría pronto en el nuevo barrio de Jolfa; Jolfa era el nombre del lugar de procedencia de esas tribus armenias, una localidad que hoy forma parte de la república de Azerbayán.
A su entrada en Irán, los refugiados armenios comenzaron la construcción de iglesias y monasterios para continuar sus actividades religiosas como en su patria. Así, en 1606 nació en Jolfa el primer monasterio, que incluía una pequeña iglesia llamada Amna Perkich, que significa “Curación completa”. La pequeña iglesia fue después ampliada y trasformada en la magnífica catedral de Vank, construida unos 50 años después bajo la supervisión del arzobispo David. Está entre las iglesias más bellas y constituye una de las mayores atracciones del país.
La catedral incluye un campanario, construido en 1702, una tipografía fundada por el cardenal Khachatoor, una librería inaugurada en 1884 y un museo abierto en 1905. La arquitectura del edificio es única en el mundo, porque es una mezcla entre el arte safavid del siglo XVII y el estilo de altas arcadas de las iglesias cristianas.
El edificio tiene una cúpula parecida a la de los edificios islámicos y, según los expertos, ha influenciado e inspirado la construcción de muchos lugares de culto cristianos en Irán y en Mesopotamia. La entrada principal de la catedral es una gran puerta de madera que introduce a los visitantes en el patio del edificio.
Un gran campanario domina el patio y se levanta sobre las tumbas de cristianos ortodoxos y protestantes sepultados a lo largo de la pared de la entrada. El campanario, construido 38 años después de la estructura principal, conduce a la navata: al lado hay una gran inscripción azul rodeada de crucifijos de piedras, procedentes de iglesias del barrio de Jolfa que ya se han derrumbado. En el area elevada a la izquierda, un memorial recuerda a las víctimas de la masacre otomana.
Cada año, el 23 de abril, los armenios se reúnen para conmemorar a las víctimas de esa masacre y encienden velas en honor de sus mártires. En una esquina del patio, las habitaciones y los pasillos del área reservada a los huéspedes, y el lugar donde reside el arzobispo de Isfahan y las demás autoridades religiosas armenias de Irán. Al fondo del patio y ante la catedral, un edificio hospeda la librería y los museos.
La librería contiene más de 700 antiguos manuscritos raros en armenio y en lenguas europeas que se remontan a la Edad Media. El museo de Vank acoge una única e inestimable colección de objetos pertenecientes a los armenios. Construido en 1871, el museo contiene también el Edicto de 1606 del Shah Abbas I que fundaba Nueva Jolfa y prohibía la persecución de los armenios.
Sublimes copias de la Biblia forman también parte de la colección del museo: entre ellas, una Biblia de 0,7 gramos realizada por los miniaturistas armenios y, según los expertos, la más pequeña del mundo. Vestidos de la era safavid, alfombras, pinturas europeas compradas por mercantes armenios en sus viajes, bordados y otros objetos del patrimonio artístico iraní-armenio deslumbran a los visitantes. El museo Vank acoge también una colección completa de fotografías, mapas y documentos turcos sobre la masacre armenia de 1915, llevada a cabo por los sultanes otomanos. También hay paramentos sagrados, ostensores, cálices y otros objetos sagrados.
La tipografía de Vank fue la primera en todo Irán y en Oriente Medio. El primer libro impreso en ella se refería a la vida de los monjes y de los sacerdotes armenios, y una copia del mismo se conserva en el museo. La primera imprenta, construida por el obispo Khachatoor, fue reemplazada por una nueva en 1647 comprada en Amsterdam. Más tarde, en 1844, un residente armenio de Jolfa importó otra imprenta de Europa, también conservada en el museo. El primer libro impreso por esta última máquina relativamente moderna es “Los salmos de David”, cuya copia original se conserva en la Oxford Bodleian Library.
El exterior de ladrillos colorados de la catedral da vida a una espléndida combinación de mosaicos persas, color oro bizantino y frescos de estilo europeo que embellecen las paredes interiores. El exterior sencillo contrasta con el interior decorado de manera gloriosa. El techo de la entrada está decorado con motivos florales y la parte superiore de las paredes está embellecida con frescos que recuerdan las fases de la vida de Jesús. El interior está decorado con pinturas, esculturas doradas y cautivadores mosaicos, y los pináculos sostienen imágenes pintadas de la cabeza de un querubín rodeado de alas plegadas.
En el lado septentrional de las paredes de la catedral se representan imágenes del Día del Juicio con el Paraíso arriba y el infierno abajo. Las partes inferiores están cubiertas de pinturas que representan a los armenios torturados por los turcos otomanos.
Tras la muerte de Shah Abbas I, también su sucesor Shah Abbas II puso gran atención a los armenios y a Nueva Jolfa, barrio situado cerca del río Zayandeh, que aún acoge a una nutrida comunidad de armenios iraquíes.
La comunidad armenia iraní creció en número de manera relevante, sobre todo después de 1933, cuando muchos refugiados armenios huyeron a Irán escapando de la Unión Soviética. Los armenios en Irán forman la comunidad cristiana más numerosa, y han construido iglesias, escuelas, centros culturales, artísticos y deportivos. Hoy los irano-armenios tienen dos diputados en Majles, el Parlamento, y son la única minoría que tiene estatus de observadores en los Consejos constitucionales de los Guardianes. Los irano-armenios publican libros, periódicos y diarios (el más famoso se llama Alik).
En Isfahan los cristianos no viven cerrados en su barrio, sino que se encuentran por todas partes: son artistas, artesanos, vendedores de alfombres, pero sea cual sea su trabajo, son queridos por los habitantes de la ciudad, que tiene casi una segunda alma cristiana – cuenta con 13 iglesias.
En esta ciudad se encuentra también el “Sioseh Pol” (Puente de las 33 Arcadas), de Shah Abbas Safavid. Tiene 33 arcadas en recuerdo de los años de Cristo y en honor de los cristianos de la ciudad. Y hoy, ironía del destino, es el símbolo por excelencia de la ciudad y uno de los símbolos de todo Irán.