Un enfoque puede cambiarlo todo
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Aubry Pierens ejerce la misteriosa profesión de “consultor”. Pero no nos equivoquemos, no es el señor Pierens el que “consulta” cosas. Al contrario, es él el “consultado”.
Según el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, consultor, en su segunda acepción, es una “persona experta en una materia sobre la que asesora profesionalmente”.
Es decir, es también un asesor o un consejero. El sentido común nos dice que mejor si es ajeno a la organización a la que asesora, para más objetividad.
¿Qué tipo de consejos da? La contraportada de su último libro, Un regard peut tout changer: Les conseils impertinents d’un consultant [El enfoque puede cambiarlo todo: Los consejos impertinentes de un consultor] nos lo aclara: “consejos de estrategia y de management”.
¿A quién instruye en estrategia? ¿A los militares? En absoluto. A jefes de empresas y a su entorno. No estamos en el mundo de las opex (es decir, los gastos de explotación de un producto, negocio o sistema, no confundir con las operaciones exteriores del ejército), sino en el mundo de la guerra económica.
¿Y qué es eso del management? Puede tener varias traducciones, pero podríamos quedarnos con la que nos da Wikipedia, que nos lo presenta como equivalente de administración:
“Ciencia social que tiene por objeto el estudio de las organizaciones y la técnica encargada de la planificación, organización, dirección y control de los recursos (…) de una organización, con el fin de obtener eficiencia o máximo beneficio posible; este beneficio puede ser social, económico o estratégico, dependiendo de los fines perseguidos por dicha organización”.
Resumiendo, más estrategia. Pero el uso de la palabra en inglés le da un supuesto toque de elegancia.
“Estupor” y “resignación” en la sociedad moderna
Hace 35 años que ofrece sus consejos al mundo de empresarios y ejecutivos directivos.
¿Pero solamente a ellos? No, también a nosotros, que adoptamos más o menos su mismo modo de vivir y de pensar, como Monsieur Jourdain, el ridículo burgués gentilhombre.
También crítico, el libro de Pierens arremete contra el “estupor” y la “resignación” que paraliza al conjunto de nuestra sociedad y le impide recuperar su dinamismo.
Sus interlocutores directos “tienen el código” para mantenerse en la cima de su jerarquía.
Desde bien jóvenes realizaron numerosas estancias en Inglaterra, iban a los colegios e institutos más exigentes y “europeos”, cuidaron bien su nivel de matemáticas, se tomaron años de cursos de preparación universitaria, fueron a las mejores business schools, pasaron al menos un trimestre en una prestigiosa universidad estadounidense y terminaron haciendo prácticas en Shanghái o Singapur.
Y con todo eso, el Señor consultor no está satisfecho con sus “consultantes”, puesto que les da consejos que él califica de “impertinentes” y que otros llamarían simplemente “de sentido común”. Él les habla de “tú” y les interpela de “usted”.
Cuando imita su lenguaje, el lector ordinario, atónito, ve florecer en su prosa una multitud de siglas y de anglicismos que le son desconocidos y constata que las referencias culturales de ellos no son las mismas que las suyas.
No todo el mundo conoce a Lara Croft, ni a la bloguera de moda Garance Doré, ni la serie Deutschland 83, por poner sólo algunos ejemplos. El cambio de ambiente es completo y no carece de cierto encanto.
“Ayudar a los vecinos del planeta a guiar, a preparar con justicia un porvenir mejor para las generaciones futuras”
Utiliza para su argumentación el mito de la caverna de Platón. Pegados a las pantallas de sus ordenadores, de sus tabletas, de sus smartphones, sólo ven el mundo virtual y no el real. ¡Daos la vuelta!, les grita. ¡Cambiad de “enfoque”!.
¡El auténtico mundo es hermoso! Merece ser contemplado y las “personas auténticas” os pueden decir alguna que otra verdad.
No os dejéis manipular por desconocidos que os aprisionan con las redes del pensamiento único, de un “pensamiento correcto” paralizante.
Cuidad las relaciones con vuestro entorno inmediato. Cuidad de vosotros mismos, tened la valentía de renunciar alguna vez al “principio de precaución”. Es el precio para poder innovar y recuperar vuestro proyecto.
¿Cómo saber, si no lo intentáis, si tenéis o no madera de Steve Jobs? (Aubry Pierens, con su experiencia, al parecer piensa que la carga financiera de nuestras empresas y un código laboral de 3.000 páginas no suponen unos obstáculos insuperables).
Además, añade para sus lectores de Francia, tenéis la suerte de ser franceses, herederos y ciudadanos de un país que ha hecho al mundo grandes contribuciones en materia política, jurídica, económica y social, con un “valor añadido” intelectual, artístico, espiritual.
Francia tiene una “misión”: “ayudar a los vecinos del planeta a guiar, a preparar con justicia un porvenir mejor para las generaciones futuras”. Avanzad sin miedo y aprended a responder al que os pregunte: “¿Qué habéis hecho en la vida que sea bello?”.