Cuando Bergoglio lo invitó a hablar a sus estudiantes. Fue a buscarlo al hotel y llegaron con atraso. Tuvo que ayudarlo a afeitarse
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Ocurrió en 1965, hace cincuenta años. Se conocieron en una oportunidad muy especial. Uno era el padre Jorge Mario Bergoglio, profesor de literatura, a quien sus alumnos llamaban cariñosamente “el Carucha” (cara de nene) y el otro era Jorge Luis Borges, escritor ya reconocido en aquel momento y, como es sabido, con dificultades en la vista.
El primero tenía 29 años y todavía no era sacerdote. El segundo tenía 66. El profesor había invitado al escritor para que hablara a sus alumnos sobre literatura “gauchesca”.
El único documento de ese encuentro es la foto que tomó un fotógrafo del diario “El Litoral” a los tres Jorges, en el salón del Colegio de la Inmaculada donde Bergoglio hacía los honores de la casa a su huésped. La toma muestra, a la izquierda a Jorge Bergoglio, a la derecha a Jorge Borges y en el centro, detrás, a Jorge González, también profesor de Literatura (80 años actualmente).
Entre los alumnos de cuarto y quinto año que escucharon a Borges estaban Jorge Milia y Rogelio Pfirter, el nuevo embajador argentino ante la Santa Sede, quien hace pocos días presentó a su ex profesor, hoy Papa, sus Credenciales.
Jorge González Manent relató a la BBC, que llevó a cabo una interesante investigación sobre estos hechos ocurridos hace medio siglo, que el mismo padre Jorge le contó una anécdota insólita: Bergoglio había ido a buscar a Borges al hotel pero se demoró bastante en volver. González le preguntó discretamente la razón del atraso y éste le respondió: “Tuve que afeitarlo al viejo… Me pidió que lo ayudara”.
Luis Badilla
Artículo originalmente publicado por Tierras de América