No sólo la lectura diaria es beneficiosa: escribir a diario ayuda a mejorar la comunicación, reducir los niveles de ansiedad y mejorar la concentración
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Es ya sabido que la lectura diaria afecta positivamente la propia cotidianidad. Sin embargo, pocas veces se habla de los beneficios asociados a la actividad de escribir.
Sin necesidad de ser un narrador consagrado, o una poetisa de la talla de santa Teresa de Ávila, la escritura diaria crea hábitos que favorecen la resolución de problemas, la concentración y el bienestar general de la persona.
Aquí, apuntamos tres razones para iniciar una actividad diaria de escritura, por modesta que sea.
1. Mejora la comunicación:
Nuestra cabeza suele estar llena de pensamientos inconexos entre sí, de ideas dispersas y algunas otras mejor definidas, pero llenas de cabos sueltos. Poner estos pensamientos por escrito (en una especie de diario, incluso) ayuda a concretarlos, desarrollando así capacidades para comunicar mejor los propios pensamientos, ideas y opiniones a los demás.
2. Ayuda a organizarte mejor:
Llevando por escrito las cosas que quedan por hacer, la administración del propio tiempo se hace más fácil. Escribir ayuda a crear estructuras, crear un archivo de memorias y a hilvanar secuencias de hechos.
3. Reduce la ansiedad y ayuda a enfrentar situaciones difíciles:
Un estudio universitario siguió a sesenta personas que habían sido recién despedidas de sus trabajos.
Aquellas que dedicaron tiempo a escribir diariamente, bien fuese llevando notas o escribiendo en su diario, tardaron menos en conseguir un nuevo empleo y sufrieron mucho menos daño psicológico que aquellas que no lo hicieron.
Al escribir, la respiración se relaja, lo mismo que la actividad cardíaca, y varias áreas del cerebro relacionadas con la reflexión y la memoria se activan.
Según algunos, el efecto de escribir se compara al logrado a través de la meditación.