Conoce al eclesiástico y pensador medieval que se ha considerado como el padre del arte gótico
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Un texto clásico del historiador alemán Erwin Panofski hace de Suger, el abad de la Abadía francesa de St. Denis a partir de aproximadamente 1122, el gran impulsor del arte gótico. Pero ¿por qué le concede a Suger de St. Denis este título?
La clave está, en parte, en el Liber de Rebus in Administratione sua Gestis, Libellus alter de Consecratione Ecclesiae Sancti Dionysii: un libro en el que Suger escribiría, hasta el cansancio, los detalles de la edificación de la nueva iglesia que mandaría a construir como parte del conjunto de la abadía, en el hasta entonces naciente estilo gótico.
Durante una década, Suger se dedicaría a la reorganización y reforma de la Abadía de St. Denis (San Dionisio, en castellano). De acuerdo a Panofski (quien escribió sobre Suger aproximadamente en 1940), la teología de Pseudo-Dionisio el Aeropagita (a quien está dedicada la Abadía, aparentemente, y cuya teoría a propósito de las jerarquías angélicas podría traducirse en un estudio sobre la luz a través de las vidrieras góticas) habría influido a Suger, moviéndole a adoptar este nuevo estilo arquitectónico en el edificio.
Sin embargo, varios historiadores del arte posteriores habrían intentado descartar la teoría de Panofski, alegando que un nexo tan estrecho entre pensamiento filosófico y teológico y arquitectura es quizá una explicación demasiado simplista.
Del mismo modo, la asunción de varios autores franceses del siglo XIX que afirman que Suger habría sido el arquitecto de St. Denis (y, por consiguiente, el “inventor” de la arquitectura gótica) también ha sido discutida por académicos contemporáneos, señalando que el abad habría sido, más bien, el mecenas de un maestro de obras particularmente innovador.