En el primer lugar figura “La telaraña de Charlotte”, del novelista estadounidense E.B. White.
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Antes de la llegada de los tiempos en los que los padres se tienen que preocupar por seleccionar qué aplicación deben permitir que sus hijos descarguen en sus teléfonos móviles, o por dosificar el tiempo dedicado a los videojuegos, la televisión o al iPad (o a cualquier otro gadget que se nos escape), quizá una de las preguntas capitales era “¿qué tipo de libros debo hacer que mi hijo lea?”. Así, echar mano de cómics y de los llamados “clásicos infantiles y juveniles” era cosa cotidiana en la mayoría de los hogares.
No son pocas las voces que anunciaron que el libro, ante la supuesta amenaza que representaba el mundo online, eventualmente “desaparecería”. Por el contrario, no sólo no desapareció sino que, recientemente, los libreros han visto repuntar las ventas de libros, cuando menos en algunas ferias y eventos especiales.
Jane Ciabbatari, de BBC Culture, entrevistó a decenas de críticos literarios alrededor del mundo, pidiéndoles que enumeraran, de acuerdo a su criterio, los mejores libros infantiles (la mayoría de ellos, publicados originalmente en inglés, pero con traducciones disponibles en castellano) para niños de 10 años o menos. De un total de 151 libros, Ciabbatari escogió los que, con mayor frecuencia, se repetían entre los resultados de su encuesta.
- La telaraña de Carlota, de E.B. White
- El león, la bruja y el armario, de C.S. Lewis
- Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak
- Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll
- Mujercitas, de Louisa May Alcott
- El principito, de Antoine de Saint-Exupéry
- Winnie the Pooh, de A.A. Milne
- Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl.
- Un mago de Terramar, de Ursula K. Le Guin.
- Una arruga en el tiempo, de Madeleine L’Engle.
- La casa de la pradera, de Laura Ingalls.