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Si te gusta el canto gregoriano, te encantará el canto visigótico

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Daniel Esparza - publicado el 29/07/16
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Asociado a la llamada “liturgia hispánica”, este tipo de canto recoge una tradición oral previa a la invasión árabe

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Se le conoce más comúnmente como “canto mozárabe”, pero esta definición es, en más de un sentido, errónea. Es tanto más adecuada la de “liturgia hispánica“, como también se le ha llamado.

Si bien es cierto que los manuscritos que componen el canon de este tipo de canto litúrgico son todos posteriores a la invasión árabe de la Península Ibérica, también lo es que estos textos recogen una tradición oral que ya el mismo san Isidoro de Sevilla había descrito en sus textos sobre la liturgia (De ecclesiasticis officiis).

Esta tradición oral, para más detalles, tiene dos procedencias: una, del norte de España, conocida como castellano-leonesa; y otra, del sur de la Península, conocida como toledana, aunque muy posiblemente se haya originado en Sevilla, como parecen señalar los testimonios de san Isidoro.

Estos cantos, según algunas fuentes, tienen fuerte influencia judía: aparentemente, hasta el siglo IV, en la Península Ibérica, judíos y cristianos compartían algunas prácticas litúrgicas, como la recitación de los salmos y la lectura de los libros del Antiguo Testamento.

De estas prácticas comunes podrían derivar algunas de las melodías que escuchamos en estas formas litúrgicas monódicas.

En el video, se escuchan los cantos visigóticos-mozárabes posteriores a la llamada “reforma” del obispo Cisneros, quien se encargó, en 1495, de recopilar y organizar estos códices, convirtiéndolos en un misal y un breviario.

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