El “viejo Tjikko”, un pequeño abeto, ha visto pasar casi diez milenios en su Suecia natal.
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Durante la última glaciación, el nivel del mar estaba 120 metros por debajo de lo que lo está el día de hoy. Así, la extensa explanada en la que, aún hoy, casi diez mil años después, se yergue el pequeño “Viejo Tjikko”, era todo un bosque. De hecho, el brazo del Mar del Norte que hoy separa a Escandinavia de Inglaterra era, en efecto, una extensa zona boscosa.
El “Viejo Tjikko” es un pequeño abeto, de no más de tres metros de altura, que se precia de ser el árbol más viejo del mundo. Con una edad aproximada de 9500 años, de acuerdo a una serie de estudios que incluyen, por supuesto, exámenes de isótopos de carbono, ha logrado sobrevivir precisamente por su tamaño: los vientos y las bajas temperaturas lo han convertido en una especie de bonsái, lo cual le ha permitido vivir por tanto tiempo. “Generalmente, los árboles grandes no logran vivir tanto tiempo”; así lo explica Leif Kullman, profesor de geografía de la Universidad de Umea, en Suecia, quien descubrió el árbol en 2004, según se lee en la nota de BoredPanda.