Un hallazgo arqueológico de 1972, en Teppe Hasanlu, Irán, parece sugerir que el amor es, de hecho, eterno
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Estos restos humanos fueron hallados en el año de 1972 en el sitio arqueológico de Teppe Hasanlu, en la provincia iraní de Azerbaiján Occidental. El sitio, han señalado los arqueólogos, fue escenario de un feroz enfrentamiento militar, que terminó en un incendio. El fuego se esparció rápidamente por el poblado, atrapando a miembros de ambos bandos. Los estudiosos han señalado que lo más probable es que estos esqueletos correspondan a un hombre y una mujer que estaba escondiéndose de los soldados enemigos, y que murió sofocada, junta, durante el incendio, en lo que parece ser un último, eterno beso.
La posición en la que fueron hallados estos esqueletos le ha ganado a la fotografía, conservada por el Penn Museum, el apodo de “el beso de los 2800 años”, aunque el nombre oficial que le ha dado el museo es el de “los amantes”. Las excavaciones en el sitio, llevadas a cabo por el Museo de Pennsylvania, el Met Museum de Nueva York, comenzaron en 1956, y se extendieron hasta 1974, a lo largo de diez sesiones.