El minimalismo, una moda útil
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No es que sea de verdad una corriente nueva, pero los hipsters y otros autoproclamados embajadores de nuestra generación parecen tender a la búsqueda del minimalismo, tanto en la ropa como en la decoración o en la música.
Simplicidad voluntaria y armoniosa
Pero el hecho es que el minimalismo puede convertirse en un paso hacia un estilo de vida más sano, incluso más cristiano.
Me explico: decirse minimalista es ir a lo esencial, despojarse de lo superfluo para conseguir una simplicidad voluntaria y más armoniosa.
Sin embargo, hay un abismo entre la regla franciscana, donde la consigna es una simplicidad en su estado más crudo, y la moda transmitida por diversos blogueros y blogueras convencidos de haber entendido todo el interés de esta feliz sobriedad. Aunque hay algo en común que les une: la búsqueda de la felicidad a través del desapego y el orden.
Hemos reunido en esta galería para vosotros 3 consejos minimalistas para simplificar vuestro día a día al tiempo que cultiváis la noción cristiana del espíritu de pobreza y simplicidad:
Encontraréis otros miles de planes minimalistas buscando un poco, nuestros vecinos angloparlantes colman la web de blogs sobre el tema.
Hay uno que, aunque no sea especialmente cristiano, destaca por ofrecer buenas ideas a la hora de aplicar el minimalismo a la vida cotidiana; se llama Be more with less. Si no, ¡también os queda elegir la vida de san Francisco!