La pintura sobre cerámica griega nos explica claramente el proceso que seguía al fin de una carrera en las antiguas olimpiadas
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En la antigua Grecia, generalmente, el interior de los recipientes de cerámica, destinados para beber, estaban decorados con distintos motivos. En este, que se conserva en el museo J. Paul Getty, se ve a un joven atleta desnudo (la mayoría de las competencias en las antiguas olimpiadas exigían que los atletas estuviesen desnudos, a excepción de una carrera que se hacía vestido de armadura, cargando las armas propias de un soldado) vertiendo aceite en su mano izquierda. Detrás de él, se ven dos jabalinas y un disco, obviamente sus implementos de competencia.
Hay que recordar que, entonces, aún no se podía ir a la farmacia o a la bodega a comprar un jabón. Por eso, los atletas de entonces frotaban aceite perfumado en sus cuerpos después de la competencia.
El aceite recogía tanto el sudor como la arena y el polvo que se pegaban a la piel del atleta, quien luego se quitaba el aceite ya sucio pasándose por el cuerpo el borde de una especie de vara curva de bronce llamada estrigilo.
Después, el atleta solía tomar un baño de vapor, o bañarse con agua y esponja. En los gimnasios siempre había un espacio especial para que los atletas pudiesen aceitarse antes y después de la competencia, justo junto a los baños.