Lleno de vida en sus gestos frágiles y encantadores, es una declaración silenciosa de humanidad
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El vídeo de una ecografía en 4D se está viralizando en las redes sociales por mostrar escenas impresionantes de un bebé que, abrigado en el vientre de su madre, sonríe, se restriega sus ojitos, se estira, bosteza, mueve la boquita e incluso “dice adiós.”
(Si no consigues ver el video, haz click aquí)
Precisamente un video así transformó la vida de una mujer de 33 años, del Estado norteamericano de Massachusetts: ella descubrió que estaba embarazada después de terminar una relación de 6 años con su novio. La mujer, que mantiene oculta su identidad, contó en un foro de apoyo a la vida por nacer que se desesperó de tal manera con este embarazo no deseado que sólo conseguía pensar en una alternativa: el aborto. Por ello pidió cita en una clínica para eliminar el “problema”.
Sus padres lo intentaron todo para convencerla de que desistiera de la idea, insistiendo en que había una vida humana desarrollándose en su útero: ¡un hijo! Pero ella se mantenía inflexible. Los padres jugaron entonces una última “carta”: pidieron también ellos una consulta para su hija y la llevaron a hacer… una ecografía.
¡Ahí fue como el milagro de la vida brilló con más fuerza que la cultura del descarte!
La mujer, hasta entonces irreductible en la decisión de eliminar al niño, pudo ver, con toda riqueza de detalles, las imágenes encantadoras de un bebito que hacía prácticamente lo mismo que el bebé cuya ecografía compartimos. Y la ternura de ese pequeño ser lleno de vida le hizo llorar como antes nunca en su vida:
“Cuando vi aquellas imágenes, comprendí que no podría decidir por aquella vida. Espero que pueda inspirar a otras mujeres a pensarlo dos veces antes de hacer un aborto. Lo que vi en aquella ecografía fue impactante. Él parecía decirme algo. ¡Y yo conseguí escucharle!”
No es necesario decir que, según cuenta ella misma, desistió inmediatamente del aborto.
No faltaron comentarios críticos a ese relato, descalificándolo por no presentar ninguna prueba de su autenticidad. Dado el anonimato de la mujer, es difícil comprobarlo.
¡Pero el video de la ecografía que compartimos es muy real! ¡Lleno de vida en sus gestos frágiles y silenciosamente elocuentes, es una declaración silenciosa de humanidad!