56 cubanos fueron devueltos por Costa Rica a Panamá la semana pasada, Caritas se está haciendo cargo
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La Iglesia católica en Panamá, a través de Caritas, ha lanzado de nueva cuenta una alerta internacional por los migrantes cubanos que están siendo devueltos por Costa Rica a territorio panameño.
Según un reciente reporte de Caritas, estos migrantes, varados desde hace meses en Centroamérica, a la deriva y sin ayuda humanitaria, sobre todo en el sector fronterizo de Paso Canoas, corren ya serios peligros en su salud e integridad.
Un total de 56 cubanos fueron devueltos por Costa Rica a Panamá la semana pasada, entre los que venían niños y mujeres embarazadas y ahora “no cuentan con dinero, alimentos y alojamiento, y recurren a Caritas en busca de ayuda”, indicó Siegdel Candanedo, representante de Caritas en Chiriquí.
El pasado viernes, se envió un grupo de diez cubanos a la ciudad de Panamá, procedentes de Paso Canoas asumiendo Caritas los costos.
La idea es que puedan ser asistidos en la capital del país y determinar su destino en condiciones menos precarias que las que sufren en los albergues temporales de Paso Canoas, frontera entre Panamá y Costa Rica.
Candanedo aseguró que en los últimos días han asistido a más de 65 cubanos, quienes se encontraban en Paso Canoas y no contaban con dinero para poder viajar nuevamente a la ciudad de Panamá.
Afirmó que los isleños están siendo cobijados en la sede de Caritas en Ciudad de Panamá, donde se les da alojamiento y alimentos, hasta que se resuelva su estatus en el país.
Que se atengan a la situación
Los cubanos varados en Panamá forman parte de la migración que se hizo a principios de este año desde Cuba a Ecuador y de ahí hasta la frontera de México con Estados Unidos, aprovechando que Ecuador no les pedía visas y que en la nación americana podrían ser acogidos por una ley que da trato de refugiados a los cubanos que lleguen por tierra.
Varias han sido las iniciativas para establecer un puente aéreo que los lleve hasta la frontera con México, pero no han logrado evacuar a todos los cubanos, que en su momento migratorio más fuerte, llegaron a ser hasta 8000 personas en Panamá y Costa Rica (la crisis comenzó cuando Nicaragua les cerró el paso).
Sin embargo, el presidente de la República, Juan Carlos Varela, dijo el mismo viernes en Chiriquí, que el tema de los migrantes cubanos ya fue solucionado y fueron enviados a México y que los que han entrado después de los acuerdos “tienen que atenerse a las situaciones”.
El mandatario panameño no descartó que puedan ser deportados a Cuba, aduciendo que el Servicio Nacional de Migración puede asumir cualquiera de las opciones que permite la ley.
En las últimas tres semanas, cubanos viajaron desde Panamá a Chiriquí, para cruzar la frontera con ayuda de “coyotes” o enganchadores de personas que han hecho acto de presencia en esta frontera para “ayudar” a pasar clandestinamente a cientos de cubanos que ya no encuentran la salida diplomática que se les había ofrecido y a la cual hizo alusión el presidente Varela.
