Iniciativa en Barcelona (España) para “localizar” personas que viven en la calle y atender sus necesidades
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La Fundación Arrels surgió en una parroquia del Raval barcelonés hace ya 30 años. Algunos feligreses, siguiendo el carisma de los jesuitas, sensibilizados por la gran cantidad de personas sin hogar que había en el barrio, decidieron ponerse manos a la obra y trabajar para los que más lo necesitaban.
Es mucho lo que ha cambiado desde entonces. Tres décadas después, la obra ha crecido en efectivos y en servicios, y uno de los rasgos que sorprende es su presencia profesional en las redes sociales y su capacidad comunicativa en general, cosa que muchas veces son sistemáticamente olvidadas en el entorno de la caridad, en ocasiones marcado por una omnipresencia de la pobreza. Además, nos dice Ferran Busquets, director de Arrels, ahora son una organización laica en la que trabajan 53 empleados y 364 voluntarios de diferentes creencias y sensibilidades.
La finalidad fundamental de Arrels, nos comenta Ferran Busquets, es que nadie viva en la calle. Actualmente 190 personas no pernoctan al raso gracias a ellos, afirma. Sus fondos provienen en un 66% de financiación privada y en un 34% de subvenciones públicas. En torno al 70% de su presupuesto está dedicado a la atención directa de las personas sin techo, desde el equipo de calle y primera acogida, que detecta a los usuarios e inicia la relación con ellos, hasta los equipos de soporte en asistencia social, ayuda jurídica, acceso a vivienda con apoyo (gestionan más de 60 pisos), hospitales o residencias, etc.
En los últimos años, con el impacto de la crisis económica y política en nuestra sociedad, ha crecido el número de personas que viven en la calle en todo el mundo. En Barcelona son unas 3.000, afirman desde Arrels. La mayor parte de ellos provienen de rupturas de vínculos como la pérdida de trabajo, la incapacidad para afrontar las obligaciones económicas, la ruptura con la pareja y la enfermedad mental.
En coherencia con esta nueva oleada de exclusión y de pobreza también ha crecido la preocupación ciudadana y política por este tema. En países como Reino Unido la administración pública está obligada por ley a contar el número de personas que viven en la calle. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, esa cifra es una incógnita para los gobiernos.
Es por eso que Arrels ha querido tomar protagonismo en la sensibilización al respecto de este problema endémico y creciente, buscando el modo de hacer un recuento fiable de los sintecho de su ciudad. Con ese fin ha desarrollado, gracias al trabajo gratuito y comprometido de la empresa BaseTis, una aplicación que permite que el ciudadano colabore en el recuento de las personas de estas características, desde su día a día ordinario.
La APP llamada Arrels Localizador está en Android y en IOS, es gratuita y permite al usuario dar la ubicación exacta de cualquier persona que duerma en la calle, su género, si está sola o no, en qué tipo de espacio está durmiendo, etc. Arrels ya tenía un localizador en su página web desde el que se recogieron, en el año 2015, 224 mensajes de aviso que fueron comprobados por el equipo de calle de Arrels, que sale una vez a la semana.
Esta nueva aplicación móvil servirá para detectar casos de personas sin hogar desconocidas, saber si hay nuevas zonas sensibles y modular el número de equipos de calle de Arrels. Pese a que, nos dice Ferran Busquets, la aplicación tiene muchos altibajos en su utilización cuyos picos coinciden con las presentaciones públicas que se hacen de esta APP, en las nuevas versiones tienen previsto introducir mecanismos de retorno para que el usuario pueda participar del desarrollo de la historia que él ha comenzado apretando un botón.
Existe un debate a nivel mundial entre apocalípticos e integrados, entre aquellos que piensan que las nuevas tecnologías son el origen de todos los males; y aquellos que consideran que las tecnologías, pese a transformar ostensiblemente el ecosistema humano, posibilitan nuevas formas de difusión de elementos positivos, como en este caso la justicia social. Esta nueva APP parece que es un punto más a favor de la integración.