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¿Quiénes son los guardianes del agua en América Latina?

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Pablo Cesio - publicado el 20/09/16
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Gracias a la gestión comunitaria millones de personas en el continente tienen acceso al agua

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“Cuando no teníamos agua no sabíamos de dónde tomar y siempre tomábamos de los riachuelos, de los canales, de repente juntamente con los animales que tomaban. Todo eso pasaba anteriormente. Sí, ahora nos sentimos mejor porque tomamos agua limpia. A través de la junta administradora lo estamos manteniendo por el momento”. Así se expresa Celestino Acevedo, presidente de la Junta Administradora de Agua de Acro, una localidad de Perú, en el documental difundido en 2015 Gestión Comunitaria del agua y TIC`s Perú-Nicaragua.

“Antes no había ni caño, ni lavadero y nuestro baño no tenía luz. Ahora tenemos lavadero, agua potable”, expresa en el mismo documental una de las promotoras de salud, Constantina Sedano.

También está el caso de Yadira Gutiérrez, de Cali, Colombia, que colabora con la prestación de servicio de agua.

Uno se enamora de esto, se enamora y quiere seguir compartiendo con la prestación de servicio de agua y saneamiento. Sentir que no estamos solos. Somos prácticamente un continente que estamos por un único objetivo, mejorar la prestación del servicio. Tenemos que mirar el acueducto comunitario como una empresa. Desde nuestra oficina logramos salir a la comunidad”, indica.

Yadira forma parte de la Fundación Avina, una entidad que se encarga de salvaguardar el derecho de las personas al acceso al agua potable.

Tanto Yadira como Constantina y Celestino podrían definirse como “guardianes del agua” en América Latina, una de las regiones del mundo con más recursos hídricos, pero desigual en cuanto al acceso al agua potable.

En el caso de Perú, por ejemplo, el acceso al agua potable se ha convertido en uno de los desafíos actuales más importantes para el país ya que un tercio de la población tiene inconvenientes en ese sentido. Pero está lejos de ser un problema exclusivo de este país.

La mayoría de los gobiernos del continente han hecho énfasis en sistemas de saneamiento vinculados a grandes ciudades, pero dejando descuidadas las realidades de las comunidades en zonas aledañas y rurales.

Así fue que surgieron las Organizaciones de Agua y Saneamiento en América Latina y el Caribe (OCSAS) y son más de 80.000 en América Latina.

Según un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), reproducido por la agencia EFE, el 25% de los latinoamericanos tiene agua gracias a la labor de estas organizaciones comunitarias dispersas por todo el continente.

El presidente de la Confederación Latinoamericana de OCSAS, Rolando Marín, las considera “un verdadero ejemplo de autogestión”, ya que estas comunidades, con personas como Yadira, son las que dirigen los acueductos y le ponen precio al agua. Además, la mayoría de estos “guardianes” del agua lo hacen de forma voluntaria.

Pero aún se presenta como un gran desafío para estas organizaciones comunitarias seguir profesionalizándose en pos de brindar un mejor servicio habida cuenta del poco reconocimiento estatal que tienen.

Por ello, a través de fundaciones como Avina se pretende darles mayor visibilidad y que sus integrantes ocupen roles más preponderantes en la sociedad.

Recientemente se llevó a cabo en Panamá el VII Encuentro Latinoamericano de Gestión del Agua donde se plantearon cuestiones como el uso adecuado y conservación, déficit hídrico, además de otros aspectos como el cambio climático y estrategias sobre el agua en zonas rurales.

Se dieron cita cientos de gestores comunitarios de más de 22 países de la región, algo que deja de manifiesto la avidez por la salvaguarda de un recurso esencial para la vida.

América Latina tiene sus “guardianes del agua”, están en comunidades esparcidas a lo largo y ancho de las regiones alejadas.

Pero hace falta seguir incentivando a más voluntarios para que puedan formarse en estas comunidades, de la mano de una mayor concienciación de las autoridades para que el acceso equitativo al agua potable sea posible en algún momento.

Yadira, Constantina y Celestino, al igual que otros miles, estarán más que agradecidos.

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