Este matrimonio estaba al borde de la ruptura, y unas sencillas palabras cambiaron su vida
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Tan enamorados que estaban hace varios años, hoy se les ve consumidos por la rutina y los rencores acumulados. Hay una guerra fría entre Léa y Tom… Su vida conyugal es un desastre y ya piensan en la separación. Sin embargo, pocas semanas más tarde, están irreconocibles: se hablan de nuevo y ríen juntos.
¿Efecto de alguna droga blanda? En absoluto, es nada menos que la cura de la “terapia de cumplidos”. Posología: 1 cumplido al día durante 3 semanas. Se aceptan escritos y post-it durante la primera semana, después de la cual se procederá a la administración por vía oral únicamente. Tras cada cumplido, el agradecimiento es imperativo.
Desde los halagos de autor ─“Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor”, Molière─ hasta los piropos cotidianos espontáneos ─ “Señora, hasta que no ha llegado usted no eran dignos los ‘buenos días’” ─, los cumplidos han evolucionado mucho, ¿qué tal si pulimos algunos detalles?
Manual del piropo efectivo:
- Un buen cumplido compromete al piropeador y no se limita a juzgar o valorar lo piropeado, así que, también por cortesía, puede redirigir el comentario hablando de usted en vez de directamente del homenajeado. Por ejemplo: “Me parecen encantadoras las pecas de tus mejillas” es preferible a “tus pecas son hermosas”, puesto que el primero es una impresión personal y el segundo es un juicio de valor.
- Un cumplido no es comparativo. Si dices a tu marido “te veo más delgado”, corres el riesgo de caer en un malentendido, y con razón.
- Atención a la frase “piel de plátano” que lo echa todo a perder: “Estoy encantada con que hayas arreglado nuestra habitación… una pena que no hayas terminado del todo”.
- Por último, un consejo para asegurar que vuestro/a amado/a os cree de verdad es poner un ejemplo que apuntale el cumplido: “Tu inteligencia me embelesa, me encantó tu magnífica explicación sobre el sistema electoral estadounidense la pasada noche en casa de los López”.
Hay personas para las que los piropos tienen efectos secundarios poco deseables: sentimiento de vergüenza, de que se burlan de ellos o de que el halago es hipócrita. Es posible que la falta de confianza en sí mismos se filtre negativamente en los comentarios bienintencionados del otro. Si ves que te sucede esto, podrías tratar de aceptar lo que te dicen de la misma forma que aceptas en tus manos un ramo de flores o una botella de vino cuando tus amigos vienen a cenar.
El primer beneficiario del cumplido… es el que decide hacerlo, y después viene el adulado. Inténtalo ahora. Piensa en tu pareja. Busca un cumplido sobre su persona o sobre sus competencias, algo que te resulte fácil. Al buscar lo positivo orientamos la mirada hacia lo hermoso. Reinicia la búsqueda de cumplidos, de lo bello, varias veces al día, no tienes por qué decírselos si no es de forma natural. Y entonces verás que tu perspectiva cambia.
Prueba también a buscar esos halagos para ti. Hazte un piropo, piénsalo ahora mismo, ¿lo consigues? Presta atención a tus sentimientos. Si no logras encontrar un piropo para ti, por el momento intenta identificar aquello que te lo impide.
La escasez de cumplidos de la persona que amamos nos causa verdadera aflicción; además, cada vez dedicamos y recibimos menos halagos y ofrecemos más reproches. Neutralizar este círculo vicioso es más sencillo de lo que pensáis. Ya tenéis este pequeño manual, ¿a qué esperáis para ponerlo a prueba?