Nueva tecnología puesta en consideración para investigar el Vesubio también
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Imagina que encuentras una valiosa reliquia familiar en tu desván y que no eres capaz de mirarla. Podría ser, por ejemplo, una antigua carta del presidente Abraham Lincoln dirigida a tu abuelo donde le da las gracias por su extraordinario valor en la Guerra de Secesión.
Hacía tiempo que habías oído hablar de esta preciosa pieza de historia familiar y estás entusiasmado tras descubrir que, después de tanto tiempo, no se ha perdido.
Sin embargo, cuando empiezas a abrir el sobre, te das cuenta al instante de que si continúas abriéndolo, el papel delicado y gastado por el tiempo se deshará entre tus manos y perderá prácticamente todo su valor. Tan cerca y a la vez tan lejos.
Tal vez el sentimiento sea algo parecido al que experimentaron los arqueólogos que encontraron ciertos manuscritos a orillas del mar Muerto, los conocidos como rollos de Qumrán. Algunas reliquias estaban tan carbonizadas por el tiempo que si se desenrollaran, prácticamente se evaporarían.
Hace cincuenta años, ¿podrían haber imaginado los expertos que la tecnología progresaría tanto como para permitirles ver los mensajes ocultos en su interior? Lo pensaran o no, decidieron que lo mejor era dejar los rollos como estaban y esperar.
Por fin, según parece, la espera ha cobrado su fruto. Científicos informáticos de la Universidad de Kentucky, en colaboración con investigadores bíblicos de Jerusalén, han usado un ordenador para “desplegar una imagen digital del pergamino”, informa The New York Times.
Lo más emocionante es que la nueva técnica podría posibilitar la lectura de otros pergaminos que también son demasiado frágiles como para desenrollarlos, entre ellos varios manuscritos del Mar Muerto y cerca de otros 300 carbonizados del área del monte Vesubio.
En el pergamino, los científicos encontraron los primeros dos capítulos del libro de Levítico. Puede que no sea algo revolucionario, puesto que ya conocemos el texto.
Pero lo revelador del descubrimiento es el hecho de que este texto nuevo conserva sorprendentes similitudes con el texto masorético, la Biblia judía oficial. Se pensaba que este texto se originó en la Edad Meda, pero el reciente descubrimiento sugiere que ya existía en el siglo I después de Cristo.
Así que, ¿cómo funciona esta técnica? Así lo explica The Times:
Los métodos como el escáner TC pueden detectar gotas de tinta dentro de un rollo carbonizado, pero el revoltijo de letras es ilegible a no ser que cada letra esté asignada a la superficie donde está escrita. El doctor Seales se percató de que primero había que reconstruir la superficie del pergamino y luego volver a pegar las letras en su lugar.
Lo consiguió en 2009, cuando descifró la estructura física de las capas plegadas de papiro en un rollo de Herculano.
Desde entonces ha desarrollado un método, denominado ‘desenvoltura virtual’, para modelar la superficie de un rollo antiguo en la forma de una malla de triángulos diminutos. Se puede ajustar el tamaño de cada triángulo a través del ordenador hasta que la superficie virtual se ajuste lo mejor posible a la estructura interna del rollo, como se revela en el método de escáner. Las gotas de tinta son asignadas entonces a su justo lugar en la estructura y luego el ordenador desenvuelve toda la estructura 3D hasta lograr una lámina en 2D.
Algunos eruditos ya están pensando en la aplicación de la nueva tecnología en otros lugares del mundo antiguo, como en la mencionada Herculano, que fue destruida por la erupción volcánica del monte Vesubio en el 79 d. C.:
Richard Janko, investigador clásico de la Universidad de Michigan, afirmó que los rollos carbonizados de Herculano eran una pequeña sección de una biblioteca mucho mayor en la gran villa, probablemente propiedad del suegro de Julio César, Lucius Calpurnius Piso.
Gran parte de la villa sigue aún sin excavar y su biblioteca podría contener obras perdidas hace mucho tiempo de la literatura latina y griega. La lectura con éxito de incluso un único rollo de Herculano con el método del doctor Seales podría estimular la excavación del resto de la villa de Piso, explica el doctor Janko.