Nunc Dimittis
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Mis ojos han visto tu salvación.
En el Evangelio de Lucas (Lc 2,25-35), se lee que san Simeón era un hombre justo y con temor de Dios. El nombre “Simeón” viene del hebreo, y significa “Dios ha escuchado”. Cuando Jesús fue presentado al Templo por María y José, el anciano, que había recibido del Espíritu Santo la promesa de sobrevivir hasta la llegada del Mesías, movido por mismo Espíritu entró en el Templo, tomó en brazos a Jesús y alabando a Dios se retiró.
Simeón expresó la alegría de este extraordinario y esperado encuentro con un cántico de agradecimiento, conocido en la liturgia como el Nunc Dimittis, llamado también “cántico de Simeón”. Se trata de una intensa meditación, que subraya su espiritualidad.
Simeón reconoce la presencia salvífica de Dios en un recién nacido. Su fidelidad, la paz frente a la muerte, reconocer a Dios en la sencillez de un niño, hacen de la figura de Simeón un modelo espiritual.
Por Costanza D’Ardia