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El Papa: El Reino de Dios crece con docilidad, no con organigramas

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Radio Vaticano - publicado el 25/10/16
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Homilía de Francisco en Casa Santa Marta sobre la necesidad de estar en camino, transformándonos según el Espíritu Santo

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Para que el Reino de Dios crezca, el Señor nos pide docilidad. Es la exhortación que Papa Francisco ha dirigido a los fieles en la homilía de la Misa celebrada esta mañana en Santa Marta

El Pontífice ha advertido contra el concentrarnos demasiado en las estructuras y los organigramas. El Reino de Dios, afirmó, no es algo fijo sino que está en camino.

“Felices los que caminan en la Ley del Señor”. Papa Francisco ha comenzado su homilía destacando que la Ley no está para estudiarla, sino para caminarla”.

El Reino de Dios no es una estructura fija, sino que está siempre en camino

La Ley, añadió, “es para la vida, es para ayudar a construir el Reino, a crear vida”. Hoy, añadió el Papa, el Señor “nos dice que también el Reino está en camino”.

“¿Qué es el Reino de Dios? Quizás es una estructura bien hecha, todo en orden el organigrama perfecto, todo… y el que no entra ahí no está en el Reino de Dios. No.

Con el Reino de Dios sucede lo mismo que con la Ley: ‘el estar fijos’, la rigidez… La Ley está para caminarla, el Reino de Dios está en camino. No está quieto. Es más, ‘el Reino de Dios se construye’ todos los días”.

Jesús, retomó el Papa, habla en sus parábolas de “cosas de la vida cotidiana”: la levadura que “no se queda en levadura”, porque al final “se mezcla con la harina” y por tanto, está en camino y hace el pan”.

Después la semilla, “que no se queda en semilla” porque muere y nace el árbol”.

Levadura y semilla, observó Francisco, están en marcha para hacer algo más”. Pero para conseguir esto mueren.

“No es un problema de pequeñez, es pequeño o algo grande”. Es un problema, reveló el Pontífice, de estar en marcha, en el camino sucede la transformación.

Para que el Reino de Dios crezca, hay que ser dóciles al Espíritu Santo

Uno que observa la Ley pero no camina, tiene una actitud fija, “una actitud de rigidez”. 

“¿Cuál es el comportamiento que el Señor nos pide para que el Reino de Dios crezca y sea pan para todos y espacio para todos? La docilidad. El Reino de Dios crece con la docilidad a la fuerza del Espíritu Santo.

La harina deja de ser harina y se convierte en pan, porque es dócil a la fuerza de la levadura, y esta se deja amasar con la harina… no sé, la harina no tiene sentimientos, pero dejarse amasar… cualquiera podría pensar que se produce algo de sufrimiento ¿no? Y después se deja cocinar ¿no? Pero también el Reino es así, y después se convierte en comida para todos”.

“La harina es dócil a la levadura”, crece el Reino de Dios así. “El hombre y la mujer dóciles al Espíritu Santo, afirmó el Papa, crecen y son un don para todos”.

“También la semilla es dócil para ser fecunda y pierde su identidad de semilla y se convierte en otra cosa, mucho más grande: se transforma”. Así es el Reino de Dios: “en camino”. En marcha “hacia la esperanza”, en marcha hacia la plenitud.

El rígido tiene solo patrones, no un padre

El Reino de Dios, dijo de nuevo, “se hace todos los días, con la docilidad al Espíritu Santo, que es el que une nuestra pequeña levadura o la pequeña semilla a la fuerza, los transforma para hacerles crecer”.

Si, en vez de esto, no caminos “nos hacemos rígidos” y la “rigidez nos convierte en huérfanos, sin Padre”.

“El rígido sólo tiene jefes, no un padre”. El Reino de Dios es como una madre que crece y fecunda, se da a sí misma para que los hijos tengan comida y un lugar, según el ejemplo del Señor.

Hoy es un día para pedir la gracia de la docilidad al Espíritu Santo. Muchas veces nosotros somos dóciles a nuestros caprichos, a nuestros juicios: ‘Hago lo que quiero…’ . Así no crece el Reino, tampoco nosotros.

Será la docilidad al Espíritu la que nos haga crecer como la levadura y la semilla. Que el Señor nos dé a todos la gracia de esta docilidad”.

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