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Humillación, droga, prostitución, aborto: ex modelo hace denuncia impactante del submundo de la moda

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Aleteia Team - publicado el 26/10/16
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De colegas inducidas a usar laxantes y fumar para estar dentro de las “medidas” hasta productores que ayudan a las modelos a abortar

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La modelo brasileña Délleny Mourão, de 20 años, publicó una confidencia impresionante en sus redes sociales. Entre otros ejemplos de las presiones impuestas a ella y a sus compañeras, Délleny cuenta que dejó la carrera por ser obligada a fumar y tomar laxantes y afirma que su contrato fue cancelado porque estaba fuera de las “medidas”, es decir, por no tener un cuerpo enfermizamente delgado como se exige hoy por el mercado.

Las denuncias van mucho más allá y revelan un mundo chocante, que incluye desde humillaciones cotidianas hasta el consumo de drogas, prostitución a cambio de oportunidades y el aborto inducido.

Mira el siguiente testimonio posteado por Délleny.

Confidencia: ¡Por qué ya no quiero ser modelo!

Quiero dejar claro que no soy de las que expone su vida en Internet, sin embargo, en la situación en que vivo, necesito y tengo que contar y escribir extendidamente sobre ello…

El día 17 de agosto mi ex agencia de São Paulo (no citaré nombres) canceló mi contrato por un único motivo: NUNCA ESTUVE EN LA MEDIDAS.

El director de la agencia (Scouter/observador) me propuso pasar uno o dos meses en casa para no acumular más deudas (pues no trabajaba en São Paulo y no lograba pagar el alquiler). Entonces, aprovecharía e intentaría entrar en las medidas, y cuando volviera viajaría para Milán o Los Ángeles, conforme él me dijese. Entonces acepté.

El día 7 de junio volví a Fortaleza. Todos los días me mataba haciendo ejercicio y con una alimentación pobre me quedé enferma, anémica y vi el mundo de la moda desde otro ángulo. Todos los días me preguntaba si ese sacrificio valía la pena.

Cumplí mis 20 años en agosto y no logré celebrarlos, pues estaba muy deprimida, sabía que esa edad era demasiado para la moda, esta además de gorda, “vieja” para ellos.

Y entonces, como yo ya lo sentía, recibí un mail avisándome de la cancelación y de un tal plazo vencido, algo de lo que nunca se me avisó. Me quedé casi dos meses sin salir de casa, estaba muy deprimida. Era un sueño que se había ido sin que yo hubiera tenido la oportunidad de presentar.

Esta foto que publiqué aquí es de la época del SPFW, poco antes de volver. Es posible ver claramente que yo era/soy una persona muy delgada, basta mirar el espacio entre mis piernas y mis huesos que se deja ver.

Pesaba casi 50 kilos, sin embargo, tengo la cadera “ancha”, lo que dificultaba aún más. Siempre oscilaba entre los 89 y 91 de cadera, recordando que las modelos fashion (pasarela/conceptual) deben tener 87 u 88 de cadera.

En el contrato dice que si la modelo no cumple con las medidas la agencia lo puede cancelar. Pero ¿es justo aplicar esa medida sólo para algunas modelos? ¿Por qué no aplica para todas las chicas que también estaban fuera de las medidas como yo? Te garantizo que no sólo yo estaba fuera de las medidas. Extraño, ¿no?

Debido a estas reclamaciones, observé diversos absurdos y quería contarlo…

Vi chicas tomando laxante para adelgazar.

Vi chicas con compulsión por la comida.

Vi chicas yendo al súper sólo a la parte de degustación, pues era una manera de lograr comer.

Vi vómito en el baño.

Vi un booker ofreciendo laxante.

Vi chicas atascándose de té de hibisco (para adelgazar)

Vi un booker hablándome de que yo tenía que tener 86 de cadera.

¡Ochenta y seis de cadera, imagínense!

Vi a una chica que en un año fue “actriz” en SPFW y fue “castigada” por el productor/fotógrafo quien posee la mayor parte de los desfiles del SPFW, pues ella estaba “gorda”. Y desde entonces no la llamó para ningún desfile.

Vi a una chica diciendo “come, después te tomas un laxante”

Vi a una chica comer a escondidas de todos.

Vi a una chica desmayarse por no comer.

Vi a chicas menores de edad consumiendo bebidas alcohólicas dentro del apartamento de modelos.

Vi a una chica robarse un chocolate del armario de otra.

Vi a un estilista famoso decir en francés cosas racistas y vulgares a las modelos en un casting para SPFW.

Vi a una chica tener que salir con el promotor para tener trabajo.

Vi a una chica salir con el promotor para comer gratuitamente en un restaurante japonés.

Vi a una chica de 17 años saliendo con el dueño de la agencia.

Vi a una chica fumando para adelgazar.

Vi a un Scouter diciendo que había ayudado a una chica a abortar.

Vi modelos hacer la peligrosa dieta USP.

Vi al dueño de la agencia ofreciendo bebidas alcohólicas a las modelos menores de edad.

Vi a una chica menor de edad llegando después de las 10, y al no poder entrar durmió en la calle, pues las reglas no dejan entrar después de las 10.

Vi a una de las modelos robar casi 400 reales de otra chica.

Vi a una modelo poner laxante en el yogurt de otra.

Vi a una chica no obtener trabajo por ser bajita.

Vi a una chica que era baja oír las burlas de otras modelos.

Vi una fiesta organizada por la agencia donde el lugar estaba lleno de promotores, bebidas y drogas.

Vi a un Scouter decir ser “psicólogo” pero nunca haber tenido la postura de uno, en realidad parecía más un sociópata.

Vi a un estilista dejar de pagarle a una modelo.

Vi una agencia no pagar al fotógrafo.

Vi a un estilista decir que “sólo se paga con la ropa”.

Vi a un estilista humillar a una modelo (eso era muy común).

Vi todo eso y mucho más durante sólo 5 meses y medio…

Nosotras vivimos en un departamento pequeño y viejo. Las chicas dormían en un colchón en el suelo o en el sofá cuando la casa estaba llena. Tenía sólo una estufa, donde sólo funcionaban tres quemadores (y mal). Un baño para 23 modelos.

Provengo de una periferia y de una familia humilde, y al haber pasado por muchas dificultades no suelo reclamar por tonterías. Pero por un precio tan alto, tener que estar lejos de la familia y los amigos, no era algo fácil de aceptar.

Además de tener que convivir con la rivalidad. Muchas pasaban hambre y competían por ver quién perdía más peso. Era una pelea de ego que no posibilitaba la existencia de un compañerismo/amistad entre ellas. Raramente…

La presión, el miedo a no trabajar y salir del mercado es 24 horas al día. Es el miedo a no gustarle al cliente. Es el miedo a no estar en el círculo de São Paulo. Es el miedo de que llegue otra modelo parecida y que tome tu lugar. Es el miedo a no entrar en ningún desfile durante la semana de moda. Es el miedo a quedarte vieja. Es el miedo a no viajar al extranjero. Un miedo enorme y de una serie de cosas sin la ayuda de absolutamente ningún psicólogo/nutricionista para orientarnos.

Sé que en el área del trabajo existen innumerables dificultades y que en el mundo competitivo en que vivimos nunca será fácil la disputa del mercado del trabajo, en ninguna área. Pero para todo tiene que existir un límite y criticismo. Aceptar todo de brazos cruzados o fingir que nada de eso sucedió por miedo a ser juzgada no cambiará nada, nunca.

Entonces, presta atención y el consejo para ustedes:

¡Cuidado con esos concursos descubridores de Gisele!

¡Huyan de ellos!

Las modelos son alienadas, pero nunca por su culpa, sino por todo el sistema repugnante, antiprofesional e inhumano que es el mundo de la moda, que usa la persuasión y la manipulación, promoviendo un mundo de glamour. Desde las agencias, productores, maquillistas, revistas, fotógrafos, scouters, y más.

Pero claro, sin generalizar. Hay unos pocos que se salvan de ese universo mentiroso. Pero esos pocos no sobreviven mucho tiempo o aceptan todo con los ojos cerrados por miedo a perder el trabajo.

Y no crean en esa charla de modelo de ser naturalmente delgada. Eso es mentira. Viví con 44 modelos en 5 meses, de 44 modelos sólo 8 no hacían dieta, el resto, 36, todas hacían dieta, todas. Esto es mucho más doloroso, miserable, corrupto, injusto y depresivo de lo que piensan.

Un consejo: No entres. No te mezcles. No es sólo de hoy que la moda es una mentira. Los poderosos están sólo para lucrarse y no les importa si la modelo X o Y está pasando hambre para entrar en su ropa. Lo importante para ellos es cuánto dinero caerá en sus cuentas al final de mes.

La cuestión que ha quedado es: me llamaron ingrata después de vivir esto. ¿Será que realmente lo soy?

Tras la repercusión del texto, que se volvió viral en Internet, la revista Veja entró en contacto con la agencia que había contratado a Délleny y habló también con la propia modelo.

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