Papa Francisco destaca que “nos necesitamos unos a otros para hacernos santos” en el 2º día de su viaje a Suecia por los 500 años de la Reforma
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“La llamada a la santidad es para todos y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe”, dijo el papa Francisco en la misa en la solemnidad de Todos los Santos que presidió en el Estadio Swedbank de la ciudad sueca de Malmö, donde prosigue hoy 1 de noviembre de 2016 su viaje apostólico con motivo de los 500 años de la Reforma de Lutero.
“Los santos nos alientan con su vida e intercesión ante Dios, y nosotros nos necesitamos unos a otros para hacernos santos”, expresó en su 17º viaje internacional.
En su homilía, propuso unas nuevas bienaventuranzas que recogen el espíritu de las de Jesús de Nazaret, que aparecen en el Evangelio que se proclama hoy en las iglesias católicas del mundo:
“Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón,
bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía,
bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran,
bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común,
bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros,
bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos…”.
“Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida”, aseguró el Papa.
“Juntos pidamos la gracia de acoger con alegría esta llamada y trabajar unidos para llevarla a plenitud. A nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos, le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad”, pidió tras la oración ecuménica y haber firmado una declaración conjunta con los luteranos ayer.
Las bienaventuranzas como camino de la felicidad auténtica bajo el modelo de Jesús fue el tema central de la homilía del Papa que presidió la misa en latín, con traducción al sueco en el maxi pantalla en el Estadio Swedbank de Malmö.
Santidad de amor a Dios y a los hermanos
El Papa recordó que hoy se celebra la santidad, incluso seguramente de muchos de “nuestros familiares y amigos” que han llevado una “vida sencilla y oculta”.
Una fiesta de la santidad “que, tal vez, no se manifiesta en grandes obras o en sucesos extraordinarios, sino la que sabe vivir fielmente y día a día las exigencias del bautismo”, con un “amor fiel hasta el olvido de sí mismo y la entrega total a los demás”, como el de tantos padres y madres de familia, dijo.
La felicidad de los santos
“Si hay algo que caracteriza a los santos es que son realmente felices”, afirmó Francisco. “Los santos han encontrado el secreto de la felicidad que anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por eso, a los santos se les llama bienaventurados”.
Bienaventuranzas, camino de la felicidad
El Pontífice explicó que las “bienaventuranzas” son el camino a la felicidad. “Las bienaventuranzas son el camino de vida que el Señor nos enseña, para que sigamos sus huellas”. Así mencionó que en el Evangelio de hoy, “Jesús las proclamó ante una gran muchedumbre en un monte junto al lago de Galilea”.
“Las bienaventuranzas son el perfil de Cristo y, por tanto, lo son del cristiano” (Mt 11,29), abundó.
Jesús modelo de mansedumbre
Jesús se presenta como modelo de mansedumbre y el Papa explicó que “la mansedumbre es un modo de ser y de vivir que nos acerca a Jesús y nos hace estar unidos entre nosotros; logra que dejemos de lado todo aquello que nos divide y enfrenta, y se busquen modos siempre nuevos para avanzar en el camino de la unidad”.
Asimismo, presentó como modelo a las suecas santa María Elisabeth Hesselblad, recientemente canonizada, y santa Brígida, Brigitta Vadstena, copatrona de Europa. “Ellas rezaron y trabajaron para estrechar lazos de unidad y comunión entre los cristianos”, expresó.
Los santos logran cambios por su mansedumbre del corazón
Francisco destacó que es un signo elocuente que la celebración de la Reforma tenga lugar en un país “caracterizado por la convivencia entre poblaciones muy diversas”.
“Los santos logran cambios gracias a la mansedumbre del corazón. Con ella comprendemos la grandeza de Dios y lo adoramos con sinceridad; y además es la actitud del que no tiene nada que perder, porque su única riqueza es Dios”, añadió.
La puerta abierta a los luteranos y se espera un día celebrar la misa
El viaje del Papa concluye hoy con la oración del Ángelus y la despedida oficial desde el Aeropuerto Internacional de Malmö.
Perdón, encuentro, camino común y en el futuro el deseo de celebrar la Eucaristía juntos. Estos fueron algunos de los grandes temas detrás del encuentro histórico del papa Francisco con los luteranos con motivo de la Conmemoración Común lutero-católica de la Reforma (31 octubre – 1 noviembre).
Más allá de la división de cinco siglos, ambas Iglesias festejaron el nuevo camino abierto para trabajar juntos por los pobres y los necesitados, y poner un ejemplo para ser esperanza y protagonizar una “revolución de la ternura”, en palabras de Francisco, en un mundo convulso.