Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, cree que todos necesitamos más besos y caricias
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Perros y gatos se pasean por la iglesia, los sin techo duermen en los bancos y los voluntarios no se detienen haciendo cafés. La iglesia de san Antón, en pleno centro de Madrid, se ha convertido en una iglesia de campaña, como sugiere el Papa Francisco.
Allí encontramos a Ángel García Rodríguez, el Padre Ángel, de 78 años. Es fundador y presidente de la ONG Mensajeros de la Paz, galardonado con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998. Un cura incombustible. Le entrevistamos en su peculiar iglesia.
“Los niños, cuando somos pequeños deseamos ser futbolista o médico, pero yo decía cura. Y acerté”, confía a Aleteia este singular y carismático sacerdote español.
“Me siento portavoz de los que no tienen voz, de poder hablar lo que algunos no les dejan hablar, no quieren hablar, no pueden hablar”, añade. “Hay que hablar desde el corazón desde la realidad, desde el dolor. Vienen y se sienten un poco acogidos cuando les acaricias o cuando les besas o cuando les das la mano sin necesidad de lavártela después de dársela”.
Iglesia abierta 24 horas
“Lo dice el Papa Francisco: Primero, me duele mucho ver los horarios en las iglesias; segundo, muchas iglesias parecen museos al estar tan cerradas y tercero, dice, tenemos puesto en el altar “abrid las puertas de las iglesias para que la gente pueda entrar”, pero abrirlas para que puedan entrar todos, los unos y los otros. Aquí pueden entrar hasta los animales, en esta iglesia de San Antón abierta las 24 horas, entran los perros, los gatos, la gente con sus animales de compañía”.
Puerta Santa de los sin techo
“Aquí no podíamos tener la Puerta Santa, porque esta iglesia es una iglesia que parece ser no santa, pero hicimos la Puerta Santa de los “sin techo”. La bendijo diciendo: Todos los que pasen por esta puerta, entren o salgan, sin duda serán bendecidos”.
“La misericordia en esta iglesia…, ahí mismo, donde estás sentada tú y donde estoy sentado yo, uno queda herido de escuchar tantas heridas, tantas miserias, porque aquí vienen a dormir incluso en los bancos cuando no tienen donde dormir, vienen a tomar un café o a tomar un té por la noche más de 300 personas diarias. Damos a más de 9000 personas al mes”.
“A la Iglesia yo le pido lo mismo que le pide el Papa. (…) Yo le pido a la Iglesia que de verdad siga queriendo a los pobres, pero mira, en honor a la verdad, la Iglesia siempre ha sido pionera, no sólo ahora, en obras sociales, fue la primera que estuvo con los enfermos leprosos, con los del sida con los del Ébola y esto hay que decirlo en alto”.
“Si coges nuestro “libro de visitas”, la mayor parte de la gente escribe: No soy creyente, no creo, pero una Iglesia como ésta es la que nos llena. Esta es la Iglesia de Jesús, la Iglesia del Papa Francisco, la Iglesia de siempre y la que debe ser”.
Hay que besarse más
“Diálogo, lo que dice el Papa, diálogo y besos. Hay que besar a la gente, hay que acariciar a la gente
Nos tenemos que besar, acariciar, dar los buenos días, dar las buenas tardes”.
“Mi sueño después de esto sería hacer una gran campaña en que la gente fuésemos generosos al salir a la calle y diésemos los buenos días o mirásemos a la gente a los ojos”.
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