Hallados en una cueva al norte de Jordania, está compuesto de laminillas de plomo
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Hace más de una década, en una cueva al norte de Jordania, el beduino israelí Hassan Saeda descubrió veinte códices hechos de laminillas de plomo, unidos por argollas de metal, en las que se aprecia el que podría ser el primer retrato conocido de Jesucristo.
Desde entonces, estos códices han sido objeto de polémica (muchos académicos han sostenido que son abiertamente una falsificación), y también han sido sometidos a distintas pruebas –dirigidas por los investigadores Roger Web y Chris Jeynes, de la universidad de Surrey, en el Reino Unido- para comprobar su autenticidad.
Finalmente, después de casi diez años de estudios, se ha determinado que tienen efectivamente entre 1800 y 2000 años de antigüedad. Esto los convierte en los documentos más antiguos del mundo –aparte de los Evangelios, claro está- en los que se nombra a Jesucristo.
Las pruebas incluyeron no sólo análisis químicos del plomo de las tablillas –a los que se les comparó con muestras de plomo romano de la época- sino además la lectura paleográfica de los textos escritos en paleo-hebreo, en los que se nombra a Jesús, al que se refiere como “tékton” –esto es, un artesano carpintero-, y a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan.
Para saber más sobre este hallazgo, puede consultar la nota publicada por el diario La Vanguardia en este enlace.
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