“El amor es cuando mi madre hace café para mi padre y bebe un sorbo antes para saber si está bueno” (Danny, 7 años)
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Saber amar es la mayor conquista de la vida. Cuando aprendemos a amar – pero a amar de verdad – obtenemos un nuevo grado de comprensión de las relaciones de la vida. Amar es emoción y también razón. Amar no puede ser definido por un diccionario.
Creo que la forma como funcionan las relaciones hoy es trágica. Claro, todos somos imperfectos, pero la mayoría tiene una visión demasiado romántica del amor. Amar no es sólo encontrar tu alma gemela; amar no es sólo compartir la vida con alguien – esa es sólo una expresión del amor. Amar debería ser tan natural como respirar, debería ser automático.
Nuestro mundo es tan egoísta y tan inhumano que hemos ido eliminando de nosotros esa capacidad. Se considera que amar es de ilusos, de sentimentales. Pues que lo sea. Creo que amar es la mayor cura que puedes realizar en tu vida. Pero una cosa está clara: nadie ama sin amarse antes.
Amar es perdón, es admiración, es contemplación. ¡Y qué difícil es perdonar, admirar y contemplar! Guardamos tanto rencor, tantas angustia, tanto veneno y ni siquiera nos damos cuenta de que es a daño nuestro. ¿Conoces esa frase que dice “lo que pienses de mí es tu problema”?. Lo decimos a menudo, pero ¡dale la vuelta a la frase! – “lo que yo pienso de tal persona es mi problema”. Amar es saber ver el mundo con los ojos de los demás, es hacerse menos egoísta, es hacer REALMENTE el bien, lo que toca hacer.
Todos los días escucho chismes, básicamente. Y la gente suele hablar de los demás como si ellos tuvieran una vida perfecta. “Ya viste lo que pasó con ella? Su marido la engañó. Además, como es ella, se lo merecía”. ¿Por qué haces chismes sobre los demás? Si eres tan crítico, aprovecha y haz cambios en tu vida, pero ¡deja tranquilos a los demás!
Cada uno se viste como quiere, cada uno se relaciona con quien quiere, cada uno va a donde quiere. Si eso no te afecta, ¿para qué te metes? Si se hace tatuajes y se tiñe el pelo, si quiere ir a la Iglesia o no… Mucha gente critica a los demás porque no le agradan las decisiones que ellos toman. Pero ellos mismos, al criticar, no son felices, porque no aman.
Hay que saber convivir con el que es diferente, esa también es una expresión de amor. No somos dioses para juzgarnos unos a otros por nuestras acciones. Aceptar al diferente es un don y una forma de crítica. Siempre que juzgues a otro, piensa: ¿Acaso no está en su derecho?
Pero claro, para eso, esa persona tiene que estar en su derecho. La tolerancia no significa que un ladrón o un asesino o un mentiroso están en su derecho. No. Pero hay muchas personas que, para luchar por sus ideales, necesitan destruir a los demás. Eso es manifestación de odio. Para exigir amor, primero hay que dar. Para exigir respeto, tienes que darlo. La gente solo da lo que tiene – recuérdalo antes de juzgar. Si no recibes amor, revisa tus acciones: probablemente, tampoco lo estás dando.