Una talla de madera de finales del siglo XIII, la sonriente Virgen de Revilla, esconde una historia que va desde la llegada de la tradición de los belenes a España hasta una intrincada historia de ladrones de arte del siglo XX
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La Virgen de Revilla, patrona de Baltanás, reposa hoy en el museo del Cerrato, en la provincia española de Palencia (aunque algunos de sus espacios se extienden bien hacia Burgos o hacia Valladolid). Sin embargo, no siempre fue esta talla de madera, de aproximadamente unos sesenta centímetros de alta, una pieza de museo. De hecho, esta talla de finales del siglo XIII es la figurita de belén más antigua conservada en España.
Como se lee en el artículo publicado por Mónica Arrizabalaga en el ABC de España, la imagen es apenas unos 70 años posterior al llamado “milagro de Greccio”, el nacimiento que habría levantado San Francisco en Asís durante la Navidad de 1223. La costumbre habría sido llevada a España por franciscanos y clarisas, donde echó profundas raíces.
Si bien el nacimiento completo más antiguo de toda España es un conjunto italiano del siglo XV, también es cierto que se preservan piezas sueltas de belenes muy anteriores. De todas ellas, la más antigua es esta imagen de la Virgen con el Niño de Baltanás, que originalmente no formó parte precisamente de una representación de la Natividad, sino de una Huida a Egipto.
Pero lo interesante de la pieza, según explica el historiador Francisco José Gómez en el artículo del ABC, es que, es una talla no adosada a ningún retablo. Así, su carácter móvil revela que se trata, en efecto, de una figura para un belén. Todas las otras piezas, lamentablemente, se han perdido, bien durante alguna guerra, o bien por causa de las desamortizaciones.
Pero esta pieza, además, estuvo a punto de perderse definitivamente en septiembre de 1981, durante las fiestas patronales del pueblo. Unos ladrones forzaron la puerta de la ermita donde reposaba la imagen, y se la robaron, junto con algunas otras piezas de menor valor.
El ladrón, sin embargo, no era un ladrón cualquiera. Se trataba de René Alphonse Van Den Bergue, conocido comúnmente como “Erik El Belga”, quien entonces era el ladrón de arte sacro más buscado de Europa. Unos pocos meses después, en enero de 1982, fue finalmente detenido, y la mayoría de las piezas robadas fueron recuperadas. Entre ellas, a Dios gracias, la Virgen con el Niño de Baltanás.
Para leer la historia completa de la Virgen con el Niño de Baltanás y Erik El Belga, publicada por el ABC de España, puede hacer clic aquí.