Un tercio de los hospitales de Colorado rehusan a ofrecer el suicidio asistido
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El Estado de Colorado se había convertido en el sexto Estado de la Unión Americana (junto con Oregón, Washington, Vermont, Montana y California) en aprobar la muerte asistida por un médico. La medida permite que adultos que sufren una enfermedad terminal puedan dar fin a su vida mediante un medicamento prescrito por un profesional de la salud.
La llamada Proposición 106 fue votada en Colorado el pasado 8 de noviembre, aprovechando las elecciones presidenciales de Estados Unidos con 64 por ciento de los votantes a favor. Finalmente esta semana se dio a conocer que lo que se consideraba una victoria para familiares de pacientes terminales, no ha recibido el respaldo que se esperaba por parte de las entidades médicas.
Un reporte dado a conocer esta misma semana por la plataforma STAT, señala que cerca de un tercio de los hospitales de Colorado se rehusan a ofrecer a los pacientes con enfermedades terminales el suicidio asistido, con dos grandes cadenas hospitalarias católicas en el centro de la respuesta negativa: Centura Health y SCL Health.
La ley proveía de ciertos casos de conciencia para los doctores, pero el reporte señala que hay enormes diferencias de lenguaje entre los sistemas de salud en el Estado. Por lo pronto para la arquidiócesis de Denver, quien lideró una campaña para el “no” al suicidio asistido antes de las elecciones de noviembre pasado, esas provisiones no eliminan la oposición católica a la eutanasia.
El “acceso” y la santidad de la vida
El suicidio asistido continúa atrayendo la atención de los estadounidenses. Sin embargo, la legalización de la ayuda a morir no significa que los pacientes tengan lo que llaman “acceso”. En la opinión del doctor Lonny Shavelson, médico en jefe del área de opciones de ayuda a la muerte en el hospital de Berkeley (California), “la falta de acceso es mucho más profunda de lo que nadie está hablando”.
“Acceso” es la forma política de referirse a algunos temas alrededor de la vida, incluyendo el tema del aborto. Por ejemplo, los organizadores de la reciente Marcha de las Mujeres en Washington –una protesta muy grande en contra de Donald Trump al día siguiente de la ceremonia inaugural de su mandato—decían que su plataforma incluye la creencia en un “acceso seguro, legal y alcanzable del aborto y del control natal”.
La Iglesia católica se opone tanto al aborto como a la muerte asistida, así sea por un médico calificado y legalizado en estos seis estados de la Unión Americana, a favor de la santidad de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural de la persona.