Llegó decidida al centro de atención a embarazadas: iba a abortar a sus mellizos
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Trabajar en un centro de atención y ayuda a mujeres embarazadas es algo intenso.
Por supuesto, tiene un aspecto inspirador: ayudar con efectos de necesidad y con apoyo general a una joven abrumada es muy gratificante.
Pero cuando una clienta está barajando la opción de abortar… Bueno, es difícil describir lo que se siente en una reunión de este tipo.
A menudo, cuando la mujer sale por la puerta después de una sesión de asesoramiento, no estás segura de si has podido influir de forma positiva. Y con frecuencia nunca lo sabrás. Muchas veces, los asesores o asesoras no se enteran de si una mujer ha optado por quedarse con su bebé, si ha elegido la adopción o si ha puesto fin a la vida del bebé a través del aborto.
Christina Marie Bennett trabaja en la clínica y centro de orientación ABC Women’s Center en Middletown, Connecticut, EE.UU. Como directora de atención al cliente, a menudo habla con mujeres sobre decisiones relacionadas con el embarazo. Algunas llaman porque necesitan un test de embarazo gratuito o una ecografía. Otras llaman preguntando por ropa de maternidad, asientos para coche, clases de formación para padres o por información sobre adopción.
Sara (nombre ficticio) llamó para decir que no estaba segura de si continuar con su embarazo y quería informarse sobre sus opciones. Estaba considerando el aborto. Christina le pidió que se pasara por el centro y le explicó que todos los servicios serían totalmente gratuitos.
Tendría modelos fetales y estudios preparados para mostrarle. Christina esperaba señalar a Sara que no tenía por qué tomar la decisión en ese momento. El paso crucial era decidir no abortar inmediatamente y el centro podía orientarla sobre otras decisiones durante el progreso del embarazo.
Para cuando Sara fue al centro, ya había tomado una decisión. Contó que después de la llamada telefónica había ido a hacerse una ecografía y que descubrió que esperaba mellizos. Estaba abrumada, puesto que ya tenía hijos en casa y sentía que no podía apañárselas con otro bebé, mucho menos dos.
El padre de los bebés había roto con ella recientemente y no tenía mucho más apoyo familiar significativo. Así que había concertado una cita para abortar.
Pero la mañana de su cita, Sara “sintió un peso emocional sobre sus hombros”, según relata Christina. “Cuando pensaba en su aborto se sentía nauseabunda por dentro. Esos intensos sentimientos fueron para ella una señal de que no podría abortar a sus mellizos. En la calma de su casa, tomó la decisión de cancelar su aborto ya programado. Sara me dijo que tan pronto decidió cancelar el aborto, la inundó un sentimiento de alivio. En un instante, todo aquel peso emocional se alivió y se sintió libre”.
El personal y los voluntarios del centro de ayuda al embarazo acompañaron a Sara durante su gestación. Le facilitaron recursos que de otra manera nunca habría conocido y le ofrecieron su apoyo con oraciones. Recibió ropa de maternidad, una cuna nueva y una hermosa fiesta de bienvenida a los pequeños.
Sara se unió al programa de educación para padres y recibirá ropa para bebé y pañales hasta que sus mellizos cumplan dos años. Según dijo a Christina: “No sé si habría sido lo bastante fuerte para salir adelante sin vosotros en ABC”.
“Hace unas semanas Sara vino a nuestro centro a recoger algunos regalos de Navidad para sus hijos”, recuerda Christina. “Trajo también a sus preciosos mellizos, un chico y una chica. Para mí era la primera vez que los veía y estaba pletórica. Mientras sostenía a la pequeña en mis brazos, se me saltaron las lágrimas. Estaba recordando la vez que conocí a Sara. Las lágrimas caían con los recuerdos de todo el esfuerzo que le supuso elegir la vida para sus bebés”.
Sara dice que sus mellizos preciosos y sanos son ahora la luz de su vida. Le traen felicidad y está profundamente agradecida por haberlos tenido. Antes estaba inquieta y sola, pero en medio de sus miedos, pidió ayuda y escogió ser madre de sus hijos. Por suerte, Sara pudo encontrar la ayuda que necesitaba.