Las consecuencias de jugar a ser “dios”
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Una pareja decide tener un hijo. El hombre no podía por haberse practicado anteriormente una vasectomía. Se informan sobre el proceso de fecundación in vitro. Realizan los estudios y las pruebas, comienzan el tratamiento y nacen mellizos. Años después, y tras una prueba de paternidad, descubren que son de otro padre.
Parece el guión de una película dramática, pero no es así. La realidad superó a la ficción. Ocurrió en Las Palmas (España). La clínica había informado al hombre de que era prácticamente improbable que pudiera fecundar un óvulo. Sin embargo, de los cinco óvulos, fecundo cuatro. ¿Casualidad? Mala señal, pensó. Posteriormente descubrió que el RH de los recién nacidos era negativo. El de la madre y el de él son positivos. Los recelos hicieron que incluso la relación comenzara a tener problemas. ¿Podría haber un error?
Los expertos afirman que, en los tratamiento de Fecundación in vitro, existe la posibilidad de un 1% de errores. Según explica la BBC en un reportaje, en el Reino Unido, en 2003-04 hubo 15 errores por cada 10.000 ciclos de IVF. En 2006-07 hubo 40 errores. En el último informe oficial se muestra que en 2007-08 hubo 200 errores.
Son casos en los que se le puede implantar a una mujer un embrión equivocado con óvulos de otra mujer, o fecundarlos con esperma de un hombre que no es su padre. En Irlanda del Norte incluso nació, de padres blancos, un niño de raza negra.
La medicina podrá afirmar que un 1% es un margen de error controlable. Pero… ¿qué pasa si te ocurre a ti? Para esta pareja de Las Palmas, las consecuencias han sido dramáticas: la pareja se rompió por el recelo, y finalmente, tras una prueba de paternidad (con motivo de la petición de una pensión), se descubrió todo el error médico, y después de un proceso judicial, la clínica ha sido obligada a indemnizar.
Es sólo un 1% de errores… sobre vidas humanas. De esto saben mucho las 26 mujeres que según explica el Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda) pudieron haber “recibido el esperma de un hombre que no es el padre potencial”. Ocurrió entre abril de 2015 y noviembre de 2016.
La caja de Pandora de la manipulación de la vida
Otros dos casos llamativos en España hacen plantearse el permitir este tipo de técnicas en madres de avanzada edad. En este caso, no porque se trate de errores médicos, sino más bien de cuestiones éticas.
Carmen Bousada de Lara fue madre a los 67 años edad. Ocurrió en 2006. Quería ser madre y para ello vendió su piso en Cádiz y viajó a EE.UU. en busca de una clínica que le implantara un embrión de donantes anónimos. Hizo todo para ser madre. Mintió sobre su edad al ginecólogo y volvió a España para dar a luz. Tres años después, Carmen Bousada murió dejando a los gemelos huérfanos.
Mauricia tiene 64 años y acaba de dar a luz dos gemelos. Su caso está siento estudiado por la Justicia. Hace 8 años se le retiró la custodia de una niña por “aislamiento”, “higiene deficitaria”, “vestido inadecuado”, “privación de aprendizaje”, etc…
Según se comienza a conocer, tuvo sus gemelos por “despecho” ante lo ocurrido con los Servicios Sociales, y su familia intentó por todos los medios que no llevara a cabo su intención de volver a ser madre.
¿Ahora qué? ¿Vuelven a retirar la custodia a la madre? ¿Los cuidará la familia que intentó, por todos los medios, que no los tuviera? ¿Cómo poner coto a los “derechos sexuales y reproductivos” de las madres, si las leyes no contemplan derechos por parte de los niños concebidos por estas técnicas, reduciéndolos, de hecho, a mero “producto” de una técnica económicamente rentable?
Las fecundaciones in vitro y las inseminaciones artificiales tienen múltiples condicionantes médicos y morales. En Aleteia los hemos explicado. Ahora empiezan a salir en los medios de comunicación problemas que hace tiempo que se están conociendo. Casos concretos de lo que el avance de la ciencia sin control y sin condicionantes éticos y morales puede producir.
Para saber más: ¿Qué tiene de malo la fecundación in vitro?