Primera parte de la entrevista a José Miguel Cuevas, psicólogo de Marbella especializado en abuso psicológico grupal
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El pasado 20 de enero, el Ayuntamiento de Marbella (Málaga, España) dio los datos relativos a la ayuda social prestada durante el año 2016. En una rueda de prensa, la concejala de Derechos Sociales, Victoria Morales, informó sobre uno de los servicios que presta esta administración local, único en España: un programa de atención a víctimas de sectas. Según declaró la responsable de Derechos Sociales del consistorio marbellí, en 2016 este programa realizó 404 intervenciones, y actualmente se trabaja con 165 usuarios.
Por el interés de este trabajo pionero en España –ya que otros centros y servicios semejantes son de iniciativa privada, aunque puedan contar con ayudas públicas–, entrevistamos a su responsable, José Miguel Cuevas Barranquero, doctor en Psicología especializado en este campo.
¿Desde cuándo existe el programa de atención a víctimas de sectas del Ayuntamiento de Marbella? ¿Por qué se creó?
Sus inicios podríamos ubicarlos en el año 2004, cuando directamente se oferta como un programa más dentro del Programa Municipal de Adicciones de Marbella. Sin embargo antes emergía su cabeza, desde febrero de 2001, cuando empecé a trabajar en uno de los mejores equipos de tratamiento de adicciones de España, con un equipo multidisciplinar (psicólogos, médicos, psiquiatra, trabajadores sociales, enfermeras-DUE, abogada…).
Aproveché la coyuntura de disponer de un ambicioso programa que proyectaba tratamientos innovadores e integrales, con personal cualificado y con la vocación de la atención pública, universal y gratuita.
En ese contexto convencí al gerente de entonces, José Manuel Ramírez Navarro, de la necesidad de incorporar una atención a estas personas totalmente desatendidas por el sistema sanitario y social en España. Le aporté datos de su posible abordaje desde el campo de las dependencias y cómo en Barcelona también se estaban desarrollando tratamientos con fondos públicos en esta misma línea.
Paralelamente estaba en los inicios de mis investigaciones de este fenómeno de las sectas. Mi interés y compromiso en esta materia era total, con el proyecto inicial de mi tesis, escribiendo entonces mi primer libro sobre sectas, comenzando a navegar y a aprender de este complicado mundo de las sectas.
En este sentido, a pesar de los requerimientos de la Comisión Europea, que exigen a sus países miembros la existencia de tratamientos públicos que aborden esta problemática, la realidad es un arranque aislado que nace del empuje de personas comprometidas que tratan de aportar su granito de arena dentro de un páramo desolado y abandonado por la administración pública.
En estos 13 años, ¿cuánta gente ha pasado por este servicio?
Es difícil de precisar el número de atenciones totales desde el inicio. Aunque se contabilizan las atenciones y se abren historias clínicas, existen distintos servicios y atenciones y de aquí la dificultad para contabilizar el número de atenciones totales.
Existen distintas atenciones: a la familia (padre, madre, pareja…), a la víctima que es consciente del abuso sufrido (que sería realmente la historia clínica que se apertura), a la víctima que se asesora y acepta recibir información contraria a su grupo (motivados por su familia habitualmente),…
Más difícil resulta contabilizar las numerosas atenciones a ciudadanos que consultan de forma anónima sobre un determinado grupo.
Además se trata de un tema tabú, las personas han sido engañadas y manipuladas y acuden al profesional con mucha cautela y miedo, en ocasiones cuesta incluso el que una persona se decida a comenzar una terapia propiamente dicha. Aun así hemos ido creciendo exponencialmente en el programa.
En sus primeros inicios era un programa donde las atenciones eran minoritarias. Entonces me dedicaba mucho más tiempo a adicciones, incluyendo también adicciones comportamentales. Gradualmente la atención ha ido extendiéndose e incrementando de forma exponencial y, aunque lo compagino con otras actividades, dedican al menos la mitad de mi jornada laboral.
De todos modos, para que sirva de comparación, hace diez años difícilmente llegábamos a las cien intervenciones anuales, con diez o veinte historiales al año. Ya en el año 2014 el número de consultas estaba en torno a la veintena de atenciones mensuales y actualmente suele superarse con facilidad las treinta atenciones mensuales.
Se han atendido a centenares de personas en esta última década y actualmente hay más de cien pacientes y/o familiares atendidos.
¿Y cuáles han sido los resultados?
El nivel de satisfacción con el programa es muy alto y también la recomendación que hacen las mismas víctimas atendidas. Esto no quita que no siempre se obtienen los resultados que a todos nos gustarían.
Llegan casos muy complejos, en algunos resulta imposible, al menos a corto plazo, la atención directa del familiar involucrado en la problemática sectaria, realizándose entonces un trabajo familiar orientado a mejorar la calidad de vida familiar y personal, así como tratar de mejorar el contacto y la relación con la víctima sectaria.
En otros casos te llevas grandes alegrías: hay víctimas que egresan de sus grupos a raíz de nuestras intervenciones, o pacientes que, conscientes del abuso sufrido, vuelven a la normalidad y superan los problemas de salud mental que se han generado durante su permanencia en estos grupos destructivos.
De todos modos, debemos tener claro la dificultad de los objetivos y comprender, como les digo a todos los familiares, que esto no suele parecerse a una carrera de velocidad, sino más bien a una maratón. Deben aprender a gestionar sus esfuerzos y saber cuándo y cómo pueden actuar.
El asesoramiento a veces conlleva el que aprendan a ser constantes, pero sin morir en el intento de llegar a la ansiada meta. Con ello quiero decir que en ocasiones pueden realizarse esfuerzos gratuitos que no van a suponer un gran cambio y que la intervención en estos casos suele requerir una planificada y cuidada estrategia.
Luego te encuentras casos sorpresivos donde los éxitos llegan mucho antes de lo que uno hubiera pensado, incluso parejas que se separan a raíz del ingreso en el grupo de uno de ellos y en muy poco tiempo los vuelves a ver reconciliados, fuera de la manipulación del grupo.
¿Cómo accede la gente a vuestro programa? ¿Van más las propias víctimas, o sus familiares y amigos? ¿Cómo se procede con ellos?
Las personas suelen acceder telefónicamente, a través de los teléfonos 952 765 193 o el 952 768 703, pero también en ocasiones lo hacen a título personal, localizándome por correo o incluso por las redes sociales (josemiguelcuevasbarranquero@gmail.com; aiiap-malaga@gmail.com).
Tanto la llamada como la atención en nuestros servicios municipales es totalmente gratuita. Trabajo con citas de manera que habitualmente al familiar, amigo, víctima o cualquier ciudadano/a puede contactar para solicitar una cita.
Además, toda cita es atendida con las garantías de un servicio público reconocido como centro sanitario, con atención profesional, confidencial, personalizada y gratuita.
La llamada filtra si se requiere o es factible realizar algún tipo de intervención, ya sea telefónica o preferiblemente, presencial. La persona que consulta es derivada directamente a mi persona, que soy el responsable del servicio, si bien puede darse alguna derivación a otros servicios que se necesiten (médico, trabajador social, etc.).
Aunque en la mayoría de los casos no se requiere, en ocasiones las personas hacen consultas legales. A este respecto tenemos que advertir que no disponemos de atención legal en nuestro programa, si bien sí conocemos a buenos profesionales implicados que pueden asesorarles, pero de esto, a día de hoy, no disponemos en el sector público.
Sí colaboramos con los cuerpos de seguridad y en ocasiones éstos pueden facilitar que determinados indicios delictivos puedan ser investigados por fiscalía.
¿Cuántas personas trabajáis en este programa? ¿Con qué recursos contáis? ¿Hay posibilidades de voluntariado?
El programa cuenta con todo el equipo de adicciones del plan municipal de adicciones de Marbella (psicólogo, médico, trabajador social y enfermera). Habitualmente, como especialista y responsable del programas, soy el que evalúa y asesora a familiares y si se requieren intervenciones especializadas en otras disciplinas se derivan dentro del programa.
No disponemos en la actualidad de servicio jurídico dentro del programa, aunque contamos con movimiento asociativo que colabora con nosotros y con buenos profesionales que nos ayudan, es un servicio que no ofrecemos desde nuestro servicio.
Principalmente, más que voluntariado, contamos con la posibilidad de que alumnos de la Universidad de Málaga, a través del Grado en Psicología, o de otras especialidades, puedan realizar sus prácticas con nosotros. Contamos con convenio de colaboración de prácticas con la Universidad de Málaga y algunos especialistas en diferentes profesiones (psicólogos, trabajadores sociales, educadores…) han rotado con nosotros, siendo una experiencia de aprendizaje muy enriquecedora.