¡Échales un vistazo, puede que encuentres el camino hacia la mejora de tu estado de ánimo!
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A menudo pensamos mal de nosotros mismos propulsando la espiral de las emociones negativas. Por lo general, esto no tiene nada que ver con los hechos. A pesar de todo, esta forma de pensar es muy destructiva – socava la autoestima y las relaciones con los demás. Afortunadamente, basta con sólo unos pocos pasos simples para romper este círculo vicioso.
Ayer oí de nuevo mi voz negativa interior. En voz baja, pero con fuerza suficiente para ser oído, me susurró: “Me temo que mis ideas no atraerán a nadie durante la reunión”, y luego fui lo soltó todo: “Mis ideas son estúpidas, eh, no valgo para nada”.
No importa que esté todavía de buen humor después de las fiestas de navidad y con la cabeza llena de planes para el nuevo año. La voz interior negativa es como un mal hábito, nos acompaña todo el año, pero es ahora cuando se vuelve más pesado, en los meses más fríos, de enero a marzo.
Los pensamientos negativos, y por lo tanto – los pensamientos en sí, hay que aprender a controlarlos.
Comenta mis propósitos para todo el año. Según ella, probablemente he calculado mal… Susurra: “No vas a perseverar, no aguantarás en el gimnasio ni una semana, gorda perezosa”. Tal vez tiene la culpa de ello la deficiencia de la vitamina D y los días cortos… El problema es que la voz interior hace que sea imposible alcanzar la felicidad, causa estrés y, finalmente, destruye la salud.
Algunas personas son más propensas a pensamientos negativos, otras menos. Esto puede estar relacionado con las experiencias de la infancia o puede ser de origen genético. Los estudios han demostrado que las reflexiones negativas se producen más en mujeres que en hombres.
Si no lo hacemos, dañamos nuestra autoestima, la productividad y las relaciones. ¿Cómo hacerlo? – he aquí los consejos de la Dra. Judith Beck, una psicóloga de la corriente cognitiva-conductual.
1. Acepa tus emociones negativas
Actuando en contra de la intuición, ¿verdad? Pero la Dra. Beck considera que el primer paso para dejar atrás tus pensamientos negativos es confirmar su presencia en el cerebro. – La ansiedad y la obsesión disminuyen cuando tratamos de controlar los pensamientos – dijo en una entrevista la Dra. Beck. En lugar de encogerse de hombros ante la idea de malos sentimientos, di – Sí, me siento mal. La mera aceptación de la preocupación y de la incertidumbre hará que empequeñezcan.
2. Habla con tu voz negativa
Después de identificar las emociones negativas viene el momento de cuestionarlas. Con el fin de socavar la legitimidad de su existencia, hazte algunas preguntas, como un abogado en la sala del tribunal. Un ejemplo: te sientes mal como madre, porque se le olvidaron las clases de natación a tu hija y no la llevaste. Hecho: ¡muy mal! y por eso tienes el derecho de sentirte mal por eso.
Ahora compara esta omisión, que ya sabes con otras situaciones del pasado. ¿Siempre te has acordado de las actividades deportivas de tus hijos? ¿Eres una madre responsable y cariñosa con tus pequeños? Continuando la enumeración de todas las situaciones en las que no les fallaste a tus hijos, te darás cuenta de que existen muchas evidencias para refutar la idea inicial de ser una “mala madre”.
El mismo mecanismo se puede utilizar para los errores en el trabajo o problemas de pareja. Por ejemplo, después de una ruptura, como subraya la Dra. Beck, uno se puede topar con los pensamientos razonables: “Mi pareja ya no me quiere”, y casi seguro que se tenga que aceptar este pensamiento como verdadero. Sin embargo, el pensamiento: “Ya nadie más me va a amar”, es innecesario – sólo es un buen medio para que surjan voces negativas.
3. Habla con alguien que te conoce bien
No se trata de rodearse de personas que siempre nos dan la razón, sino de la gente que conocen tu verdadero carácter y son capaces de evaluar objetivamente tu comportamiento. Puede ser una hermana, un amigo o el colega de hace muchos años. Ellos te vieron en diferentes situaciones de la vida y pueden ayudarte en la defensa contra los pensamientos negativos sobre ti mismo.
Es importante que te recuerden que eres una buena persona, y algunos errores de vez en cuando no lo anulan. Lo mejor sería que anotaran en un pedazo de papel lo positivo de tu carácter. Es bueno comenzar el día leyendo una lista de este tipo. Preferiblemente a diario.
4. Encuentra una solución
Para muchas personas, esta parte es la más difícil – dar un paso adelante. Ahora, cuando has recordado que eres una persona competente, utiliza esta energía positiva para resolver el problema. Con toda seguridad, la clave para esto no está en pensar una y otra vez en lo mismo hasta la locura.
Según Rick Hanson, autor de “Hardwiring Happiness: The New Brain Science of Contentment, Calm, and Confidence”, cuanto más nos concentramos en el lado negativo, tanto más el cerebro se convierte en un hervidero de pensamientos negativos. Vale la pena preguntarse si mis pensamientos me ayudan a reconstruirme o si me hunden. En este último caso, se necesita un descanso. Pasear al perro, correr, etc.
5. Si todo lo demás falla, respira profundamente
Las técnicas de respiración ayudan a relajarnos y a recuperar el control de las emociones. La respiración consciente puede disminuir la frecuencia cardíaca y traer una sensación de paz, de manera que se pueda dominar el caos del pensamiento, que es de lo que se alimenta la energía negativa.
Acuéstate boca arriba y aspira tres veces de forma lenta y profunda para aclarar tu mente. Si aún sientes la afluencia de pensamientos negativos, considera acudir a un especialista, que te ayudará a encontrar técnicas efectivas para ti.