¿Cuáles son los méritos de Moonlight? Guía para ver e interpretar el film de Barry Jenkins
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En la pasada entrega de los Oscar y tras un desliz que se recordará durante décadas, Hollywood premió, como la mejor película del año, Moonlight. Difícil decisión, no cabe duda. Y no porque el film de Barry Jenkins sea malo, sino porque es la antítesis de lo que los premios de la Academia de Hollywood han estado premiando durante años. Otra cosa es que hubieran sido los Goya, pero ¿los Oscar? Resulta difícil digerir una decisión como la de Moonlight, e insisto, no porque sea mala.
La principal complicación que tiene Moonlight es explicarla. No es lo mismo describir de qué va Independence Day que detallar de qué nos habla Moonlight. Se ha dicho que el film de Jenkins es una reflexión sobre un personaje que busca su lugar en el mundo. Y es cierto. De hecho, ¿qué es la vida si no buscar cuál es nuestro hueco en el mundo? Planteado así, muy bien Moonlight podría ir, sencillamente, sobre la vida, y creo que también es verdad.
La película de Jenkins se acerca a la existencia de Chiron, un joven afroamericano que vive en los suburbios de Miami rodeado de delincuencia y violencia. Su madre es una drogadicta y sus amigos son delincuentes de mayor o menor intensidad, en cualquier caso está claro que nada bueno podía salir de ahí. Para añadir más confusión al conjunto, resulta que Chion es gay. En un mundo de “machotes” y tipos duros, semejante revelación solo podría traer problemas, de modo que Chion no dirá ni pio al respecto.
Moonlight no es una película de detalles, de modo que no reparen en ellos, es más bien una propuesta de conjunto. Lo que uno puede contemplar en el film de Jenkins es un pequeño pedazo de la vida de Chiron, un joven que solo trata de encontrarse a sí mismo en un universo oscuro y muy doloroso.
Al final, Moonlight parece sellada por una imagen, la que cierra la película, un joven Chion a la orilla de la playa iluminado por una luz de la luna que parece bañarlo en un hipnotizante color púrpura y que quizá fue el único momento en su vida en la que se sintió libre. Pero también ofrece la sensación de haber visto pedazos de una vida, extractos de una existencia que no está demasiado explicada porque sin duda, esa no era la intención de sus responsables. Completarla, interpretarla y por supuesto, también juzgarla, es una labor que corresponde al público.
En última instancia Moonlight es una película de retazos vitales, o mejor, de complicados y difíciles retazos existenciales. Desde luego no es una película para todos los públicos, ni para todas las sensibilidades, pero esto no quita que sea una mínima singularidad independiente que inexplicablemente fue premiada al Oscar a la mejor película del año.
