La Basílica de Manizales que ha sufrido un curioso proceso de degradación
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Se trata de una catedral emblemática por su estilo neogótico y considerada la más alta de Colombia (106 metros). Sin embargo, la majestuosidad de la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario se ha visto opacada a raíz de un reciente estudio científico a cargo de la Universidad Nacional de Colombia (UN) que indica que la estructura tiene una degradación considerable.
“Un proceso de degradación que se traduce en carbonatación del concreto, corrosión y oxidación del refuerzo en acero, afecta a la catedral más alta de Colombia (106 metros)”, resume la UN en su sitio web.
El dióxido de carbono que producen los automóviles, además de la lluvia ácida por fenómenos ambientales y la humedad que existe en Manizales han generado un efecto negativo en la durabilidad del concreto reforzado, el hormigón armado, el cemento y otros elementos, prosigue la agencia de noticias de la AN.
Por su parte, el profesor de la UN -Sede Manizales- Omar Darío Cardona Arboleda, quien hizo el diagnóstico de la situa fue el encargado de reforzar el concepto de deterioro en diálogo con AFP, al afirmar que lo que está sucediendo con la catedral es algo normal, pero que puede ser interpretado como “una enfermedad en la piel”, o sea, algo similar al “cáncer”.
Al mismo tiempo, reconoció que “no es que la catedral se vaya a caer, sino que es necesario lidiar de forma permanente su estructura”.
Debido a esta situación, la principal recomendación de Cardona es hacer un lavado especial y cuidadoso de toda la edificación, evitando que entre agua y aire en el concreto.
Para ello resulta vital la colaboración de la Fundación Amor por la Catedral (integrada por organismos públicos y la Arquidiócesis de Manizales) que ya cuenta con recursos destinados a tales fines.
Si buen puede resultar llamativo hablar de cáncer para referirse a esta situación, para muchos la situación también podría ser asemejada al “Mal de la Piedra” (que afecta a muchos monumentos y construcción a nivel mundial), algo que se genera fundamentalmente a la polución debido a las sustancias que proliferan en la atmósfera provocando un proceso degenerativo en la piedra.
De seguir estas indicaciones se podría prolongar la vida útil en unos 20 años, lugar que cuenta con más de 2.000 metros cuadrados con vitrales pintorescos que también requieren mantenimiento.
La Basílica de Manizales, que ahora padece esta “enfermedad” también ostenta haber sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación y ha sido capaz de sobrevivir a fuertes sismos y terremotos en los años 1938, 1962 y 1979 que también han colaborado en su deterioro, pero que no han sido obstáculo para que se lograra mantener en pie. Y en eso se está, en seguir haciendo perdurable un lugar de suma importancia tanto para la ciudad como para los habitantes de Manizales.