A diferencia de otros temas de la iconografía cristiana, la escena de la Anunciación está contada con detalle en uno de los evangelios, el de Lucas. Aunque otra anunciación, más breve, se encuentra en el Evangelio de Mateo – Capítulo 1, versículos 18 a 25, la anunciación a José — muchos artistas decidieron usar el Evangelio de Lucas como fuente narrativa de sus imágenes.
No sólo por la abundancia de detalles contenidos en el texto de Lucas, sino también por la rica simbología y las implicaciones teológicas – Mariológica, en particular — que pueden "traducirse" en imágenes del texto evangélico.
Anunciación más antigua
Las representaciones de la Anunciación se remontan a la antigua Cristiandad, la más antigua puede encontrarse en las Catacumbas de Priscila, datada en el siglo IV según algunas fuentes.
Desde estas raíces antiguas brotan los repertorios gráficos de casi cada gran artista. Los artistas y la gente de aquella época tenía conocimientos para descifrar esos símbolos, pero nosotros hoy hemos perdido muchas de esas claves.
Por ejemplo, algunas imágenes de la Anunciación, especialmente entre el siglo XII y XII, incluyen el "Trono de María", un magnífico sitial en que la Virgen se sienta mientras recibe el anuncio angélico. Adornado de ricas tapicerías y tallas (a menudo las cabezas de león que adornaban también el trono del Rey Salomón), la introducción de este anacrónico mueble quiere enfatizar el título de María como Trono de la Sabiduría, y su autoridad como Reina del Cielo, Regina Caeli.
El simbolismo de la paloma
Aunque la enseñanza oficial sobre la realeza de María fue definida en la encíclica Ad Caeli Reginam de Pío XII, la tradición ha llamado a María "Reina del Cielo" desde el siglo V, justo después de que el Concilio de Éfeso la proclamara Madre de Dios.
Una paloma, que tradicionalmente (en base al relato del bautismo de Jesús) representa al Espíritu Santo en el arte cristiano, juega un papel interesante en algunas imágenes medievales de la Anunciación. La pintura más común coloca a la paloma aleteando sobre María (“el Altísimo te cubrirá con su sombra”), en algunas imágenes la paloma vuela hacia la oreja de María.
¿Por qué? La razón se encuentra en algunos textos antiguos de la tradición cristiana, que dicen que la concepción virginal de Jesús se produjo al “escuchar" las palabras del ángel, mostrando que escuchar la Palabra de Dios hace fértil al alma. Efrén el Sirio (“el mayor poeta de la era patrística, el único que podría compararse con Dante” según Robert Murray), proclamado Doctor de la Iglesia por Benedicto XV en 1920, escribía en el siglo IV:
¿Qué libro está leyendo María?
No es raro encontrar a María leyendo un libro en lugar de hilando o haciendo tareas domésticas. Según algunas fuentes, se debe a la influencia de los franciscanos, que enfatizaban la piedad de María. El libro que María suele llevar es un salterio, lo que quiere decir que estaba rezando cuando Gabriel le dio el mensaje.
Algunos artistas van más allá en los detalles, haciendo que el libro no sea el salterio, sino el libro de Isaías, que contiene la profecía de la virgen embarazada (Is 7, 14). Por supuesto, no había libros en la época de María: los artistas usan los objetos de su propia época para elaborar el mensaje.
Además, muchas escenas de la Anunciación suceden en lugares cerrados. Esto es muy interesante, pues se refiere no sólo a la virginidad de María, sino al Cantar de los Cantares:
Este jardín cerrado, no hace falta decirlo, se entiende como referencia directa a la virginidad perpetua de María, a su seno cerrado y sin embargo fértil. Muchas escenas de la Anunciación incluyen un jardín cerrado en el fondo, como puede verse en una de las versiones más famosas, la de Fra Angelico.
En esta galería de imágenes puedes comprobar el uso de todos estos símbolos: