Un atuendo digno de Dios pero cómodo para caminar
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
A punto de comenzar oficialmente la Semana Santa y confieso que algo que me llama la atención últimamente es como la gente, particularmente las mujeres, acuden vestidas a misa. Sé que no es lo más importante, pero en el colegio un sacerdote una vez me dijo algo que nunca olvidaré: “Cuando vas a visitar a un amigo a su casa ¿te arreglas, cierto? Lo mismo debes hacer cuando vas a misa, porque es ir a visitar a Dios en su hogar”.
No se trata de sacar tus mejores joyas o un vestido largo, pero sí llevar una vestimenta que demuestre respeto y que esté acorde a las circunstancias.
Los tiempos han cambiado y ya no es obligatorio ir en falda o usar mantilla, pero sí hay que dedicarle un poquito de tiempo al arreglo personal. Creo que el mejor ejemplo está en las señoras de la tercera edad, que siempre van arregladas y coquetamente maquilladas a la Iglesia.
Claro, ahora que vienen las procesiones del Miércoles, Jueves y Viernes Santo, quizá la vestimenta deba ajustarse un poco porque no es lo mismo estar todo el tiempo dentro del templo que también caminando las calles, así que me pareció oportuno darles algunas recomendaciones y sugerencias para estos días.
Vestido, falda o pantalón ¡pero nunca short!
Hace 20 años era difícil encontrarse un letrero fuera de las iglesias con códigos de vestimenta, pero ahora cada día es más común porque hay mujeres que se presentan con minifaldas o micro shorts que son vulgares para el templo (y a veces hasta para la vida en general).
Nuestras abuelitas estoy segura que dirían que hay que usar falda o vestido (por debajo de la rodilla, por supuesto) porque denota feminidad, pero la verdad es que el pantalón no es mal visto actualmente y yo particularmente creo que es más cómodo. Eso sí, que no sea un legging, un modelo demasiado ajustado al cuerpo o de los que usas para hacer ejercicio o ir al gimnasio (porque en la iglesia no vas a encontrar las bicicletas del spinning, ¿cierto?). En cuanto al short, si bien es cierto que pueden ser bermudas con el largo idóneo, es una pieza que dice más playa o vacaciones que “voy a rezar y agradecerle a Jesús por dar su vida por nosotros”.
¿Y qué hay de la parte superior? En casi todos los países ya ha subido la temperatura y además vas a estar rodeada de mucha gente, entonces busca una blusa de tela ligera y de diseño holgado pero no reveladora (nada de escotes ni hombros u ombligos al descubierto).
Asimismo, trata que sea de un color sobrio o litúrgico, evitando los grandes estampados y los brillos. Igual siempre aconsejo chequear el clima, en algunas procesiones de noche la temperatura baja y hasta podría soplar una brisa fría; en ese caso, lleva un sweater de tela delgada en tu bolso.
Zapatos cómodos son ley
Si bien para la misa del domingo puedes llevar perfectamente unos tacones discretos, para una procesión descártalos a menos que quieras que tus piernas y rodillas sufran. Busca calzado que sea cómodo, plano y preferiblemente cerrado (esto último se los digo tanto por cuestiones de higiene como porque una vez en una procesión en una ciudad costera me puse unas sandalias tipo griegas y me cayó cera caliente en un pie). Yo no soy muy partidaria de las zapatillas deportivas por su informalidad; además, hay muchos otros tipos, como Converse, tipo Oxford, entre otros, que puedes usar. Las ballerinas no son del todo cerradas, pero también son una buena alternativa (sólo ten cuidado con las velas).
Bolso cruzado para manos libres
En la procesión probablemente lleves un rosario, una vela o alguna lectura en las manos, entonces para evitar la molestia que tu bolsa se te esté cayendo del hombro y la tengas que estar acomodando, opta por una cruzada. No la llenes con objetos innecesarios (como tu estuche de maquillaje) que te la hagan demasiado pesada: sólo tu monedero, tu móvil (en modo silencioso, por supuesto), una botella pequeña de agua, las llaves, gafas de sol (si la procesión es de día), un paraguas viajero (si en el reporte del tiempo dicen que hay posibilidad de lluvia o si es de día para cubrirte del sol) y un caramelo que siempre es bueno tener en caso de una baja de tensión (tuya o de alguien a tu alrededor).
Los accesorios y el estilismo
Semana Santa es un tiempo de humildad y la Pasión de Cristo es un momento de profunda reflexión. Mantén los accesorios al mínimo y que no sean demasiado ostentosos. Puede ser un reloj sencillo, unos zarcillos de perlas simples y una cadenita con tu crucecita o imagen de la Virgen.
El cabello generalmente es mejor llevarlo recogido por el calor, pero es algo muy personal y depende del gusto de cada quien (eso sí, nada de llevarlo mojado o con un accesorio demasiado exótico, como un sombrero gigante que hasta visibilidad al de atrás quita).
En cuanto al maquillaje, lo más sencillo posible: polvo compacto, un poco de rubor, un labial o brillo de tono suave y, opcional, un ligero toque de máscara de pestañas. Hay que recordar que, ante todo, es un acto religioso.
Finalmente, como siempre les digo con cualquier look, lo más importante es la actitud, sobre todo cuando se trata de entrar en reflexión con Dios.