El Pontífice, en una entrevista concedida al diario italiano La Repubblica
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“Creo que hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las diversas formas de violencia y abuso, en el abandono de los más frágiles. El mundo debe detener a los señores de la guerra. Porque a pagar el precio son siempre los últimos, los indefensos”, expresó el papa Francisco en una entrevista publicada este Jueves Santo, 13 de abril de 2017, en las páginas del diario italiano, La Repubblica.
En el mismo día en que el Pontífice visitará a los presos de la Casa de Detención de Paliano (Frosinone) para celebrar el rito del lavatorio de los pies, recordó una vez más que los pobres y los marginados están en el corazón del Evangelio; “Hacerse prójimo de los últimos y emarginados”.
En el diálogo con el periodista Paolo Rodari, el Papa instó a reflexionar: “Quien no tiene culpa tire la primera piedra. Mirémonos dentro y busquemos de observar nuestras culpas. Por lo tanto, el corazón se hará más humano”.
El Sucesor de Pedro manifestó asimismo como vive la vigilia de la Pascua en tiempos turbulentos en alusión a los conflictos entre EE.UU., y Rusia, el ataque con gas en Siria y los últimos atentados a los cristianos coptos en dos iglesias en Egipto reivindicados por el ISIS.
En este contexto pide “sólo más fuerza para la paz en este mundo dominado por los traficantes de armas que lucran con la sangre de hombres y de mujeres”.
El gesto del lavado de los pies
El Papa explicó el gesto que cumplirá este Jueves Santo en la tarde tras celebrar la Santa Misa en Coena Domini en la Casa de Reclusión de Paliano, en la Provincia de Frosinone, Diócesis de Palestrina.
“El Evangelio del juicio final dice: “Estuve preso, y vinisteis a mí “. En este caso, el mandato de Jesús es de verdad para todos, pero especialmente para el obispo, que es el padre de todos”.
El pastor que le enseñó el servicio en las cárceles
“Como sacerdotes y obispos debemos estar siempre al servicio. Como dije en la visita en una cárcel que hice el primer jueves santos después de la elección: es un deber que me viene del corazón”.
El Pontífice aseguró que esta tradición de visitar las cárceles tiene origen en el ejemplo de un cardenal al servicio de papa Juan XXIII.
“Mucho me ha enseñado el ejemplo de Agostino Casaroli, que murió en 1998 después de haber sido secretario de Estado del Vaticano y cardenal. Como sacerdote ha ejercido por años su apostolado en la cárcel de menores de Casal del Marmo. Todos los sábados en la noche desaparecía: ‘Él está descansando’, decían. Llegaba en autobús, con su maletín de trabajo y se quedaba a confesar a los niños y a jugar con ellos.
Le llamaban don Agostino, nadie sabía quién era. Cuando Juan XXIII lo recibió después de su primera visita en los países del Este (Europa), en una misión diplomática en plena Guerra Fría, después de la reunión le preguntó: ‘dígame, ¿sigue yendo a visitar a esos muchachos’? ‘Sí, Su Santidad.’ ‘Yo te pido un favor, no los abandone jamás’. Esa fue la recomendación dejada a Casaroli por parte del Papa Bueno, que moriría unos meses más tarde”, dijo el Papa al diario Repubblica.
También indicó a los sacerdotes que la evangelización “no puede ser presuntuosa” y que deben ser “tiernos, concretos y humildes”, durante su homilía en la misa Crismal celebrada en la basílica de San Pedro y con la que se renuevan las promesas sacerdotales en el Jueves Santo.