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Badolona celebra hoy la “Cremada del demoni”, una fiesta muy reciente que está basada en la historia de uno de sus mártires, en la ilusión de un pueblo tras la guerra civil y en la leyenda de una extraña celebración que realizaron unos pescadores.
La fiesta surge en 1940, en plena depresión social. Badalona se encuentra inmerso en la posguerra y sus habitantes buscan una excusa, una fiesta para poder revitalizar su ciudad. La Cofradía de Sant Anastasi idea una fiesta en la que se mezcla la tradición, el fuego, el demonio, el martirio e incluso el rezo del Rosario.
Los cofrades utilizan un texto del s.XVIII. En él se cuenta la historia de unos pescadores que en plena fiesta del Rosario (mes de mayo) queman en la playa una figura con público alrededor. Les gusta la idea y piensan en rememorarla y recordarla en la fiesta de su santo mártir San Anastasio.
Hablamos de un mártir de la persecución del Emperador Diocleciano. San Anastasio de Badalona es un joven que cumplía el servicio militar al servicio de la guardia pretoriana del Emperador en Lérida, Tarragona y Barcelona. Vive la lucha contra los cristianos, se conmueve y se convierte. Un buen día decide negarse a continuar con la persecución. El Emperador lo encarcela, lo tortura y muere en Baetulo (Badalona). La Iglesia lo canonizó en el año 1672.
La cofradía de Sant Anastasi decide mezclar ambos hechos. De esta manera la quema del demonio simboliza la lucha vivida por San Anastasi.
Desde 1940 la Cofradía encarga la construcción del demonio y ya son 77 años los que, fieles a la tradición, se sigue cumpliendo. La quema se realiza el día 10 de mayo, en la víspera de la fiesta del santo patrón y a éste acto se han ido uniendo año a año nuevas celebraciones. Juegos bajo bengalas o petardos, espectáculos pirotécnicos, etc, etc…
Cada año el demonio sirve para hacer una reivindicación o denuncia social. Este año, 2022, el demonio tiene un rostro: El de la subida de la luz. Por un lado, con la bombilla que el demonio sujeta con una mano y un saco roto que va perdiendo dinero, el cual sostiene con la otra mano.