Una pieza que fue tan controversial como cualquier atuendo actual de las Kardashians
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Formalmente, el bikini es de mediados del siglo XX (que si se ponen a ver, no fue hace tanto tiempo). Si bien es cierto que los romanos usaban atuendos de dos piezas antiguamente, se considera que el primer bikini como hoy lo conocemos fue creado por el ingeniero y diseñador de moda francés Louis Réard en 1946, quien en ese momento trabajaba en la boutique de lencería de su madre y confeccionó dos piezas de baño que “revelaban mucha piel” para aquella época; de hecho, tanta, que ninguna modelo profesional quiso desfilarlo por considerarlo “demasiado vulgar” (qué pensarían si vieran los trajes transparentes de las Kardashians hoy en día).
Réard entonces tuvo que buscar a una bailarina de casino de París llamada Micheline Bernardini, de 19 años, para su exhibición en el verano de 1946. También se dice que ella participó en la escogencia del nombre, pues supuestamente le dijo a Réard que el atuendo “era más explosivo que la bomba de Bikini” (haciendo alusión a la explosión atómica llevada a cabo en el Atolón Bikini de las Islas Marshall en el Pacífico Sur, la cual fue tan fuerte que destruyó toda la vegetación del islote, dejándolo completamente “desnudo”).
Incluso, había una especie de broma que decía que el “bikini había separado al átomo”. Esto era porque, ese mismo año, el diseñador -también francés- Jacques Heim lanzó un diseño similar pero no tan pequeño, llamado Atome.
Luego, divas francesas como Brigitte Bardot se atrevieron a usarlo en Cannes y St. Tropez como símbolo de libertad, popularizando su uso en Francia y, posteriormente, en algunos países de Europa. Sin embargo, en América y ciertas naciones católicas europeas, el bikini tardó algunos años para que fuera finalmente aceptado.
De hecho, en los años 50s en Estados Unidos se podía leer en la prensa que ninguna chica que fuera decente debía utilizar esa creación europea. Incluso, cuando se realizó el primer concurso de Miss Mundo, donde resultó ganadora la sueca Kiki Håkansson, quien fue coronada usando un bikini, el Papa Pío XII pronunció su desacuerdo y países como España e Irlanda amenazaron con no participar de nuevo. Fue tanta la controversia, apoyada también por grupos feministas, que otros concursos prohibieron el uso del bikini.
Pero más divas de Hollywood se atrevieron a usarlo, como Ava Gardner, Rita Hayworth, Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor. Muchos especulan que buscando la publicidad que el bikini generaba, por supuesto, pero lo cierto es que esto ayudó a que poco a poco se fuera popularizando y fuera “visto con mejores ojos”. Ya no era la bailarina nudista de París que lo usaba, sino los íconos fashion de la época.
En los años 60s se compusieron canciones sobre el bikini (“Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polka Dot Bikini”, de Brian Hyland, llegó al puesto #1 de Billboard) y ya se podía ver en el cine, como fue el famoso caso del bikini blanco que usó Ursula Andress en el film de 1962 de James Bond titulado “Dr. No”.
Y así, con el pasar de los años, se fueron introduciendo nuevos materiales (como la lycra) y diseños aún más diminutos que el de Louis Réard, que convirtieron la industria de los bikinis en una de las más importantes de la moda (¿no les ha pasado que a veces se preguntan por qué puede costar tanto tan poca tela?).
Hoy en día, hay infinidad de modelos, unos más reveladores que otros, pero quitando los países de Medio Oriente, es una prenda ampliamente aceptada y hasta se habla de hacer dietas y ejercicios para el “cuerpo de bikini” del verano. ¿Será que un futuro también estos trajes súper transparentes que hoy criticamos serán normales? Quién sabe, a lo mejor volveremos a los tiempos de Eva.