31 días para acercarse a la madre en 4 pasos
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El 29 de abril de 1965 el papa, hoy beato, Pablo VI publicaba su encíclica Mense maio, en la cual dedicaba de una manera especial el mes de mayo a la Virgen, lo que, por otra parte, ya se venía haciendo desde tiempos inmemoriales en los países de tradición católica como España, Francia o Italia, ya que se asociaba la llegada de la primavera y, por ende, el florecimiento vegetal, a la Virgen María.
Hoy, pese al abandono de la vida del campo, la raíz profundamente cristiana de nuestra sociedad ha mantenido viva esta tradición tan arraigada, que se materializó en la ya citada encíclica.
Pero ante el problema de la posmodernidad, que ya viera Pablo VI en 1965, y de ahí la publicación de su encíclica, necesitamos suplir el vacío que han dejado las costumbres y tradiciones por una espiritualidad, si cabe, más arraigada y fuerte.
Es por ello que el “Mes de María”, mayo, debe ser un mes en el que, como reza la canción, “vayamos con flores a María”, y sobre todo que los más pequeños que nos rodean, los niños, lo vivan y se empapen de ello.
Pero, ¿cómo podemos transmitir ese amor y especial cariño que sentimos hacia María, y que se hace más visible en el mes de mayo, a los niños?
Una buena forma es mediante los 4 pasos que propone el libro para niños Mes de María (Palabra, 2010), mediante los cuales podemos acercar más a los pequeños de la casa a nuestra Madre. Además, encontramos una muy útil división del libro en 31 capítulos que dan la posibilidad de meditar cada día de mayo un aspecto de la Virgen.
En el primer paso se nos presenta una sencilla lectura, que por lo general es un texto evangélico adaptado para la mejor comprensión de los niños, que enuncia o resalta algún aspecto concreto de la vida de María o de su carácter en el que se pretende profundizar, como por ejemplo su humildad, su amor a Dios y al prójimo, su constante oración, etc.
El segundo paso, como haríamos cualquiera de nosotros, gira en torno a unas preguntas a modo de reflexión, formuladas también de forma sencilla, sobre la opinión del niño respecto a lo que está leyendo (por ejemplo, si entiende esa actitud de humildad de María ante los demás, que pasa desapercibida entre el pueblo, y la grandeza de esta actitud), y que puedan servir para que los niños ejerciten su capacidad de interiorizar y meditar.
En el tercer paso encontramos una anécdota, que a veces es una leyenda, a veces un cuento o a veces una pequeña historia verídica que se presenta para ilustrar mejor y acercar aún más a los niños al aspecto de María en el que esté profundizando, como por ejemplo en el capítulo dedicado a la humildad de María encontramos una cántiga de Alfonso X el Sabio.
Por último, en el cuarto paso se presenta una oración que cierra la meditación, lo que fortalece la costumbre del niño a hablar con María, y que, en algunas ocasiones, está relacionada con el tema que ha vertebrado todo lo anterior.
En definitiva, en este libro encontramos una excelente oportunidad para inculcar a los niños una bella tradición, más difícil de mantener cada día, que los acerca más al Corazón de María y transmitirles más fácilmente la alegría que nosotros mismos vivimos en este significativo mes.
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