Sobre esta chilena recae la gran responsabilidad de salvar de la extinción una lengua originaria
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“Soy la última hablante yagán. Otros igual entienden, pero no hablan ni saben como yo”.
Así se expresa Cristina Calderón, una chilena de casi 90 años considerada la última hablante nativa del pueblo yagán, un pueblo originario del extremo sur de América Latina, entre Chile y Argentina.
Su historia, recogida por diversos medios de prensa, entre ellos El Mercurio, como en este caso, suele despertar interés. Entre otras cosas, porque en el año 2009, luego de la muerte de su hermana Úrsula, fue reconocida como “Tesoro Humano Vivo” por su labor como depositaria y difusora de la lengua y las tradiciones de su pueblo.
Pero no ha sido la única distinción que ha recibido Cristina. Anteriormente ha sido oficialmente declarada Hija Ilustre de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena. También ha sido nominada entre las 50 mujeres protagonistas del Bicentenario de la República de Chile, que se celebró en 2010.
Cristina ha logrado que su nieta y su sobrina pudieran incorporar parte de esta lengua en extinción y una de las maneras para lograr tales es fines tuvo que ver con el relato de historias, debido a la tradición oral de este pueblo, cuyo origen data de más de 6.000 años.
Siempre caracterizó por ser un pueblo nómada y acostumbrado a desplazarse con canoas. Los descendientes de los yagán lograron formar una comunidad en Villa Ukika, ubicada en la isla Navarro (Chile).
Es ahí donde pasa sus días Cristina. Entre las actividades preferidas está la de tejer, tanto canastas como tejidos de lana, etcétera. Sin embargo, nadie ha logrado manejar el idioma yagán actualmente tan bien como ella, por lo que cuando no esté se generará un vacío irreparable.
Otros de los intentos por la preservación de este idioma ha sido la enseñanza en institutos educativos y la recopilación, gracias a la colaboración de si nieta, de palabras en un diccionario.
“Estoy feliz que los jóvenes escuchen estas historias. Les encargo que no deben olvidar su idioma”, contó en otra oportunidad para el documental “Yagán: Los confines del mundo”.
Video publicado por Visualarte
Recientemente, en el mes de marzo, para destacar aún más lo que representa Cristina como símbolo de revitalización de los pueblos originarios, su nieta, Cristina Zarraga, lanzó el libro “Cristina Calderón, memorias de mi abuela Yagán”, cuyo fin del alguna manera es dejar algún registro importante de la mejor representante de la lengua yagán.
“Mi abuela yagán, hoy es la portadora de las voces ancestrales de esta antigua cultura. Su memoria y su idioma nos traspasa aquella fuerza original de tiempos remotos en este extremo sur de la tierra”, expresó su nieta, reproduce El Mercurio.
¿Qué es ser un “tesoro humano vivo”?
Se trata de una propuesta de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) impulsada hace más de 10 años vinculada la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial. Si bien los hay en diversas partes del mundo, en Chile, es implementado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA).
A través de un Consejo de Expertos es posible año a año la selección de aquellas personas portadoras de manifestaciones y saberes de alta significación para el país y las comunidades locales. También a aquellas expresiones en peligro de desaparecer, explica el Departamento de Patrimonio Cultural de Chile.
He aquí la vida de Cristina, cuya historia vinculada a muchos años de oralidad ahora sí quedó plasmada en un libro gracias a su nieta. Cristina, un auténtico “tesoro vivo” que mantiene la responsabilidad de evitar la extinción a la lengua yagán.