Ideas e inspiración
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Todos sabemos que las flores son uno de los recursos naturales más usados por los decoradores. Con ellas potencian interiores y crean atmósferas de ensueño. Lo cierto es que es habitual recurrir a ellas en cualquier momento, pero cuando hablamos de celebraciones, lo es aún más. Las flores aportan belleza, refinamiento, naturalidad, colorido… Vida.
Además, desde la Antigüedad, las flores se han utilizado para transmitir sentimientos, como instrumento de comunicación. ¡Incluso tienen su propio lenguaje! Por eso en las bodas es fundamental.
Entonces, ¿cómo decorar con flores la iglesia?
Como en casi en todas las cuestiones de la boda, es un tema muy personal. Este, en concreto, es uno en el que se suelen entregar a fondo las novias, ya que el estilo o tipo de flor a emplear suele ser un reflejo, en cierta medida, de su personalidad o sus gustos.
A pesar de ello, si estás en plena organización de este punto, nos gustaría que tuvieras en cuenta estas recomendaciones. Toma nota:
- Menos es más. Como bien sabes, los interiores de las iglesias son ricos en arquitectura y decoración, con protagonismo, sobre todo, en retablos y paredes. Momentos bíblicos, historia de la iglesia, Santos… representados mediante obras de arte. Por eso, nuestra primera recomendación es que la apuesta floral que hagas en el interior de la iglesia nunca llegue a bloquear ni restar visibilidad a ninguno de ellos. Sácale partido y deja que la belleza de la iglesia transmita por si sola.
- Flores sencillas y blancas en Presbiterio. Deja que el color blanco sea el protagonista de esta zona como símbolo de pureza e inocencia. Lo normal es decorar con centros de flores blancas y verdes el altar mayor. Situar, al menos, uno a cada lado del sagrario, otro a los pies del altar, y, dependiendo de la iglesia, otro ofrecido al Santo o a la Virgen que presida el retablo. Para terminar, puedes encargar un arreglo floral a juego con estos centros para el ambón. El tamaño de todos ellos, el justo. En estos casos si quieres acertar, lo mejor es ser moderado.
Así lo que recoge la ultima edición del Ordenamiento general de la Misa: el empleo de las flores como adorno del altar ha de ser siempre moderado, y se colocarán, más que sobre la mesa del altar, en torno a él (OGMR, 305).
- Flores en bancos, mejor en pequeñas dosis. Cada vez son más los novios que se deciden por este tipo de decoración floral para su boda. Una idea cada vez más extendida entre nosotros quizás, por las influencias de otros países, los blogs de bodas, galerías de fotos y redes sociales. Aunque realmente nuestra recomendación es que la contempléis si la iglesia está falta de decoración y necesitáis a toda costa un extra floral, ya que un simple ramillete en las esquinas de cada banco del pasillo central puede agobiar, desviando por completo la atención del acontecimiento y encareciendo considerablemente el presupuesto floral final.
- Una entrada muy chic. Está muy de moda decorar la puerta de la iglesia con algún rincón floral especial. Nada exagerado, pero lo suficiente para que de un toque más natural y coqueto a la entrada. Los centros de paniculata, siempre viva, eucalipto u olivo en cestos de mimbre o cajas de madera son nuestros preferidos.
- Ten cuenta los tiempos litúrgicos. Antes de cerrar un presupuesto con la floristería que se va a encargar de todos los arreglos florales, comprueba si la fecha de la boda coincide con algún tiempo litúrgico importante. Por ejemplo, en Adviento (cuatro semanas antes de Navidad), el altar se adorna con mucha discreción, evitando anticipar la alegría que supone la Navidad. En Cuaresma (cuarenta días desde el Miércoles de Cenica), en cambio, no se permite adornar el altar con flores, a excepción del domingo Laetare (IV de Cuaresma), las solemnidades y las fiestas.
Beatriz Anelo de Bianca y Radiante Wedding Planner & Events