La Virgen del Arco en la esquina del Palazzo Castellani
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Frente al dios marino que domina, sobre su carro de mármol, entre las aguas de la Fontana di Trevi, a las esquinas de la famosa plaza, aparentemente marginales, otras presencias son realmente fascinantes.
Son las “Virgencitas”, presencias silenciosas que se asoman a la plaza y a sus calles aledañas. Una de las más famosas es sin duda la que está en la esquina del Palazzo Castellani, en el cruce con via del Lavatore y via della Stamperia, frente a la iglesia del siglo XVII de Santi Vicenzo e Atanasio. Se trata de una “Madonna dell’Archetto” (Virgen del Arco), copia de la que movió los ojos en 1786, custodiada en un pequeño santuario no lejos de ahí.
Desde entonces esta efigie de la Virgen fue copiada y colocada en nueve lugares de la ciudad: una de las más bellas es la de piazza di Trevi.
Millones de turistas han pasado bajo sus ojos, la han visto y fotografiado, dentro de la fastuosa radiante ornamenta de estrellas. Esta edicola (nicho) se caracteriza por las dimensiones, belleza y elegancia de las figuras. Sobre una base alta se encuentran dos ángeles jóvenes que llevan un halo estrellado que silenciosamente presentan al mundo.
Un baldaquino de pesados follajes, entre cabezas de querubines, protege la pequeña efigie de la Virgen, pintada al fresco. Es probable que la edicola haya sido erigida a finales del siglo XVIII o principios del XIX, poco después de la ocupación francesa de la ciudad, quizá en reparación por el acto blasfemo llevado a cabo por las tropas francesas que se asentaron cerca del convento de los Clérigos Regulares Menores, profanándolo.