Estos consejos sencillos pueden ayudarte a tener más calma y sentir más satisfacción… Sí, también los lunes.
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¿Es posible hacer que todos los días de tu vida sean como una fiesta? Probablemente no; después de todo, los malos días son inevitables. Pero sí puedes hacer que la mayoría de los días sean más felices, más tranquilos y más plenos. Te sorprenderá cuánto puede ayudarte una tarea simple, aparentemente insignificante, como beber un vaso de agua o caminar descalzo por la hierba, para reconectar con la esencia de la vida. No tienes más que seguir estas 10 ideas fáciles de aplicar para hacer que tu rutina diaria sea más alegre y hermosa.
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Clasifica, recicla y desecha regularmente
Para crear una sensación de bienestar, es crucial evitar rodearse de trastos inútiles que no hacen sino acumularse en tu vida y tener un impacto negativo sobre tu entorno vital (seguramente ya has oído hablar de Marie Kondo y sus consejos al respecto). Así que, en vez de permitir que se acumulen los cachivaches en la mesa de tu comedor, mejor que ordenes los papales y los trastos. Designa un lugar para todo, de forma que puedas encontrar los objetos más fácilmente. Sentirás más calma de inmediato en un hogar organizado y ahorrarás tiempo a largo plazo. Recuerda tener preparada una bolsa para clasificar los artículos que puedas donar.
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Caminar descalzo en la naturaleza
Tómate un descanso para desconectar. Camina descalzo por la hierba o la arena, es una forma estupenda de reconectar con lo esencial. Lo que nos conecta con la naturaleza siempre es bueno para el alma. Así que, mejor todavía, túmbate sobre la hierba y empápate de toda esa energía que emana del suelo. Habitantes de la ciudad, probad en algún parque local para encontrar un entorno natural.
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Descanso de la rutina
No se puede negar que este es el auténtico desafío, pero échale valor al asunto. La idea es evitar caer en una rutina que vaya determinada únicamente por el reloj. Busca un toque extravagante y prueba a variar tus hábitos para mirar la vida desde otro ángulo. Levántate un poco antes para tener una mañana más tranquila o tómate una tarde libre en el trabajo para poder recoger a tus hijos del colegio (¡mejor incluso si es por sorpresa!) y quizás te des cuenta de que tu vida cotidiana gana nuevos matices de sabor.
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Bebe zumo de limón recién exprimido por la mañana
Sí, has leído bien, no pone ‘naranja’, sino limón. Te sugerimos que hagas limonada y aproveches los limones que tienes en casa. En vez de empezar el día con un café o un zumo de naranja, exprime un limón y mézclalo con un poco de agua tibia. Esta bebida no es solo fantástica para el cutis, sino que tiene otras muchas ventajas para la salud. El limón es rico en vitamina C, antioxidantes y te ayudará con tu sistema inmunológico al tiempo que luchas con esos retortijones de hambre. Además, ¡este cóctel garantiza un poco de diversión a la mañana!
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Que te dé el aire
Los descansos son muy limitados si pasas el día entero delante de una pantalla de ordenador. Aunque estés en la ciudad, busca unos cuantos minutos para salir al exterior y sentir el viento, los rayos del sol o incluso el golpeteo de la lluvia sobre tu piel. Un paseo rápido alrededor de la manzana te ayudará a recargar tus baterías.
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Toma nota de todos los buenos momentos
Escoge cuidadosamente un cuaderno pequeño y bonito y úsalo apuntar los pequeños placeres de la vida que encuentres cada día, unos momentos que, de otra forma, a menudo se olvidan por su fugacidad. Diviértete haciendo una lista de las cosas hermosas de la vida y, ya que estás, ¿por qué no involucrar a los niños? Antes de que se vayan a dormir, pregúntales por sus pequeños momentos de felicidad del día y pasad juntos un tiempo especial lleno de gratitud.
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Convierte los quehaceres en placeres… ¡sí, se puede!
Ponte música mientras friegas o pide a tus hijos que te echen una mano en la cocina. Solo porque preparar la cena sea una obligación no significa que no pueda ser divertido. Es una cuestión de perspectiva. Si añades un toque de picante y un regusto a diversión, quizás las cosas salgan menos perfectas, pero tendrán un gusto mucho más sabroso.
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Estira como un gato
Es un reflejo natural olvidado: estirar ayuda a deshacer todas esas pequeñas tensiones acumuladas con el tiempo y relaja el cuerpo para prevenir que se asiente el estrés. Por la mañana al despertarte, antes de poner un pie en el suelo, estrecha a gusto, como haría tu gato, para empezar el día con una sonrisa. Un gesto muy sencillo que puede repetirse sin moderación alguna.
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Ponte manos a la obra
Debido al aumento de actividades más estimulantes para la mente, con los ojos fijos en pantallas, tendemos a olvidar otras actividades más manuales que son esenciales. Encuentra tiempo para preparar un pastel fantástico, crea un arreglo floral bonito, pinta, dibuja… Estar en contacto con materiales “reales” es un recordatorio encantador de la despreocupación de nuestra infancia.
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Esparce unas cuantas sorpresas a lo largo del día
Espolvorea unas cuantas sorpresillas de vez en cuando por el placer del disfrute. Para los niños, para los amores o para ti mismo, estos detalles de consideración son una forma de cuidar de nuestros seres queridos y de nosotros mismos. Prepara una buena comida o un fin de semana familiar, o simplemente escribe una nota graciosa o dulce y ponla en el frigorífico. ¡La creatividad no tiene límites! Olvídate de esperar a que lleguen los momentos especiales y créalos tú mismo.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de Aleteia.